lunes, 4 de agosto de 2008

Usar recursos públicos para promover el catolicismo, sello del gobierno emilista

En 16 meses ha gastado al menos 3.5 mdp en libros y obras públicas con tintes católicos

En los dos libros que más ha invertido se hace apología del conservadurismo en el tema de la sexualidad

JUAN CARLOS G. PARTIDA

Portada del libro sobre sexualidad para maestros de secundaria
Portada del libro sobre sexualidad para maestros de secundaria Foto: ARTURO CAMPOS CEDILLO

El uso de recursos públicos en provecho de la promoción del catolicismo en Jalisco es una práctica que no cesa y que se rebosa por muy diversos frentes. De la macrolimosna regresada por la Arquidiócesis de Guadalajara a los regalos hechos a nombre del pueblo jalisciense al Vaticano, hay una serie de gastos que también se han llevado dinero del erario sin mayor publicidad, pero que han sido igualmente voraces. Es el sello impreso en los 16 meses del gobierno de Emilio González Márquez, ese mismo que le costó lo que hasta ahora ha sido su más fuerte crisis de imagen, luego de la mentada de madre que recetó a quienes criticaron su suelto bolsillo con dinero ajeno para favorecer la religión de la que, gusta presumir, es ferviente devoto.

Durante meses, La Jornada Jalisco ha rastreado a través de los herméticos canales de transparencia, incluido un recurso de revisión que progresó ante el Instituto de Transparencia e Información (ITEI) debido a la negativa de la Secretaría de Finanzas por entregar los documentos solicitados, datos oficiales que dieran fe de cómo el gobierno panista estatal ha usado el presupuesto para promocionar el reino de Dios en la Tierra, uno de los mandamientos de quienes militan en El Yunque, la organización de ultraderecha a la que se liga a González Márquez y buena parte de su gabinete.

En el transcurso de ese tiempo fueron apareciendo poco a poco pistas, detalles, que permiten ahora al menos ampliar y diversificar lo que se conocía de estas erogaciones, que en lo encontrado para este trabajo suma al menos 3 millones y medio de pesos. Por ejemplo, es un hecho que los dos libros en los que más ha gastado la Secretaría de Educación Jalisco son el polémico Sexualidad y salud humana, para capacitar a maestros de secundaria con una visión conservadora sobre ambos temas, y el Calendario Viviendo Nuestros Valores, también para secundaria, donde se hace apología de la familia monogámica cercana a la fe católica. De ambos, el costo de edición e impresión suma más de un millón de pesos. También hasta ahora se cuentan al menos diez publicaciones de la Secretaría de Cultura y de la de Educación con autor o contenido claramente católico.

En el municipio de Yahualica, la Secretaría de Desarrollo Urbano terminó una carretera de 11 mil 676 metros cuadrados hasta Ocotes de Moya, donde se gastaron casi 2 millones de pesos, para dar acceso a los peregrinos que acuden a adorar al Señor del Encino; todo para llegar a una capilla aislada en una pequeña ranchería que no pasa de 20 casas. A principios de año, durante el aniversario del cardenal Juan Sandoval Iñiguez, también se emplearon recursos públicos para trasladar la Orquesta Filarmónica de Jalisco a tocar en la fiesta del purpurado. Son apenas ejemplos.

Carretera y viva Juan

De la cabecera municipal de Yahualica a Ocotes de Moya, terminó de construirse hace unos meses con recursos del programa Fondo de Regionalización (Fondereg) una carpeta de asfalto de cinco centímetros de espesor y riego de sello, con 2 mil vialetas y el balizamiento correspondiente.

En ese lugar ofició, por vez primera en su tierra natal, el entonces cura Juan Sandoval Iñiguez y la capilla de Ocotes, una ranchería cercana a Yahualica; es la construcción más alta que se aprecia en el desértico y semiabandonado paraje. La antigua capilla fue también remodelada y ricamente adornada, luego de la intervención del propio Sandoval ya como cardenal, pero aparentemente con fondos privados.

De acuerdo con los datos ofrecidos por la unidad de transparencia de la Secretaría de Desarrollo Urbano (Sedeur), el costo total fue de un millón 842 mil 406 pesos y la obra se realizó en apenas 15 días –no se detalla con fechas–, luego de que “la petición fue realizada por la sociedad, en concreto por los líderes de los barrios en acuerdo con el propio Ayuntamiento de Yahualica”.

La partida 3601 (gastos de difusión, publicaciones y ediciones de trabajos de gobierno) detalla que la Dirección de Comunicación Social gastó para promocionar el acto “Orquesta Filarmónica en Yahualica”, un total de mil 840 pesos en trípticos, pero no se informa lo que costó hospedar y alimentar a las decenas de músicos que acudieron al acto de festejo por los 50 años de sacerdocio de Sandoval Iñiguez, porque de sueldo seguramente los ejecutantes no recibieron nada y el transporte infame que tienen, un camión sin baño, tampoco gastó más allá del combustible.

Lo que sí se detalla es que para la organización “Filmar lo Inefable” se gastaron 2 mil 564 pesos en plumas el 7 de agosto del año pasado y 4 mil 163 en lonas.

“Filmar lo Inefable” es un centro de producción cinematográfica conformado por el Consejo Pontificio de la Cultura de el Vaticano, el Ente dello Sppettacolo italiano y Signis, de Bélgica. Sus oficinas centrales, bajo la égida de la Arquidiócesis de Guadalajara, están en la calle Miguel de Cervantes Saavedra, en la capital jalisciense.

También aparece un concepto muy raro en la información de la partida señalada: Se menciona como “cheque a Yahualica”, donde no se explica por qué ni para qué se erogó, por un total de 977 pesos.

Por sus obras los conoceréis

La marca católica de los intereses de difusión del gobierno panista de González Márquez se reflejan en buena parte de la producción de libros editados y distribuidos. Obtener el listado oficial con los detalles requeridos, fue una complicación que tardó varios meses, en particular debido a la negativa inicial del gobierno a proporcionar la información bajo el argumento de que era inexistente. La intervención del ITEI mediante un recurso de revisión aceptado (el 203/2008) finalmente obligó a la Secretaría de Finanzas a que entregara la información pública pedida.

En septiembre del año pasado la incorporación de cuatro fondos al Centro Documental de las Artes de Jalisco pareció una buena noticia. Uno de ellos, el de José Luis Amezcua, está claramente ligados a la Iglesia católica.

El fondo de Amezcua, ingeniero cofundador de la Comisión de Arte Sacro de la Arquidiócesis de Guadalajara y autor de innumerables construcciones religiosas, entre ellas restauraciones y remodelaciones en iglesias, capillas, seminarios y curatos de todo el país, lo componen al menos 860 expedientes. Costó no menos de 50 mil pesos, a juzgar por lo gastado en otros trabajos similares de los que se editaron 500 ejemplares. No se pudo precisar el costo porque a pesar de la obligatoriedad del ITEI, la Sefin “olvidó” hacerlo en este caso.

Otro libro, Alfonso de Lara Gallardo: el último artista religioso, se refiere a la obra que realizó el artista sacro, quien legó una veintena de pinturas murales en diversos templos en el estado de Jalisco, entre ellos destacan: Viacrucis, en el templo de Ciudad Granja, Zapopan, (1959); templo El Calvario, en Jardines del Bosque (1968-69 y 1973-75) y 16 óleos que se encuentran en el templo de Nuestra Señora del Sagrario (1970) en Guadalajara. La información de la Sefin tampoco detalló lo gastado en este ejemplar, uno de los favoritos del secretario de Cultura, Alejandro Cravioto Lebrija, quien en septiembre del año pasado pidió 120 ejemplares para regalarlos directamente.

La propia Secretaría de Cultura decidió desde 2005 premiar el proyecto de investigación Antigua Ruta Franciscana de Tlajomulco de Zúñiga, que habla sobre la obra de los frailes católicos dejada en esa región, premio obtenido por el fotógrafo Saúl Núñez Cortés en el Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico, un trabajo en el cual se hace énfasis en tradiciones como el culto a los Reyes Magos en la laguna de Cajititlán. Sin embargo, otro trabajo más nuevo sobre la misma ruta, de Jesús Hernández Padilla, logró una edición de 4 mil ejemplares en abril pasado, a un costo de 133 mil 400 pesos.

En marzo pasado, en Talpa de Allende, el gobernador Emilio González Márquez, un día después de que anunció que entregaría 90 millones de pesos en una macrolimosna para construir el santuario cristero en el cerro del Tesoro, informó que se entregarían 30 millones de pesos para mejorar la infraestructura de la Ruta del Peregrino. Lo que no dijo es si esos 90 millones anunciados para entregarlos en tres años incluyen los 117 mil pesos que se gastaron para editar 4 mil libros informativos sobre la mencionada ruta, que concluye en el templo de la Virgen de Talpa.

El 7 de diciembre pasado fue día de fiesta en la Catedral Metropolitana de Guadalajara, cuando se presentó el libro El magisterio estético, de José Ruiz Medrano, que incluía DVD y por el que el gobierno estatal pagó 177 mil pesos por mil ejemplares.

Además de que José Ruiz Medrano fue canónigo y formador del Seminario Conciliar del Señor San José, entre los coautores del libro están Francisco Belgodere y el presbítero José Rosario Ramírez, ambos con ligas muy fuertes a la Arquidiócesis, y el primero, uno de los autores más solicitados por Emilio González Márquez desde su época de alcalde de Guadalajara, donde Belgodere asesoró para aquel libro editado sobre Ciencias Naturales para tercer año de primaria que levantó ámpula por su contenido altamente católico y panista.

Otra obra escrita por sacerdotes católicos, aunque en este caso se trata de alguien menos ortodoxo, editada en la actual administración, es El libro de Dios, de Alfredo R. Plascencia, quien por cierto, en la cristiada, en 1929, debió huir a El Salvador por la persecución religiosa. La edición hecha en esta administración de ese ejemplar tuvo un costo de 81 mil 115 pesos y constó de mil libros.

La Secretaría de Educación Jalisco también ha continuado esta tendencia de convertir el tesoro estatal en fuente financiadota de obras de tinte conservador y católico. Uno de los libros editados, Sexualidad y salud humana, una guía para maestros de Ciencias Naturales en secundaria, tuvo un tiraje de 140 mil ejemplares a un costo total de 707 mil pesos. También se editó el Calendario Viviendo Nuestros Valores 2007-2008, igual para nivel secundaria, un total de 12 mil ejemplares por la módica cantidad de 326 mil 808 pesos.

Conferencia sobre el partido comunista cubano


Invitamos a la conferencia: El papel del Partido Comunista en la construcción de la economía y de la sociedad socialistas en Cuba, que ofrecerá Roberto Regalado Álvarez, funcionario del Comité Central de dicho partido, el martes 5 de agosto, a las 13 horas, en la sala audiovisual D-001, de la UAM Azcapotzalco.

Adolfo Morales Valladares

¿A dónde vamos?

Pablo González Casanova


Un poco de historia de la actualidad se hace necesaria. La grave situación del país implica detenerse a pensar en medio de la batalla por el petróleo... En la época de Díaz Ordaz ya empezaron las políticas financieras neoliberales. Sus primeras víctimas fueron los profesionistas y las universidades. Recuérdese el mo- vimiento médico del 66, y el movimiento estudiantil del 68. Una de sus causas fue la falta creciente de recursos para fines sociales; otra, la crisis del autoritarismo generalizado que escondía tanta hipocresía y violencia. Los movimientos tuvieron también como origen el nuevo planteamiento de una sociedad mejor, frente a las corrientes cada vez más deterioradas del nacionalismo revolucionario, de la socialdemocracia acomodaticia y del socialismo burocrático y sus conocimientos oficiales.

Las políticas neoliberales continuaron avanzando. Los obstáculos que enfrentaron fueron efímeros y poco consistentes. De 1970 a 1976 se inició un endeudamiento externo creciente que llevaría a la nueva dependencia del Estado. De 1976 a 1982 aumentaron los ataques de las grandes empresas a los funcionarios públicos calificados de populistas, en quienes destacaron sus contradicciones. La frivolidad del discurso oficial se hizo evidente en ese sexenio y la nacionalización de la banca sólo echó fuego a la hoguera.

La cólera de los afectados en sus grandes intereses, lejos de amainar, se hizo terminante. Si hasta entonces el gobierno se veía obligado a obedecer el perfil que los empresarios le trazaban para la designación del secretario de Hacienda, desde 1982 los tomó muy en cuenta para la elección de un candidato a la Presidencia de la República "políticamente correcto" que reiniciara el proceso de privatización de la nación entera, empezando por devolver la banca a sus antiguos propietarios. Éstos, a poco de comprarla, la vendieron a los grandes bancos de Estados Unidos y Europa.

Así, por etapas bien calculadas, según la correlación de fuerzas, empezó el paso de mando del PRI al PAN, y de un sistema en que predominaba el partido del Estado (el partido como la institución electoral del Estado) a un sistema político con "partidos de Estado", cuya gama ideológica se enriqueció desde el ingreso del Partido Comunista con genuinos intentos por sus militantes para fortalecer la "vía pacífica", intentos que pronto terminaron con muchos de ellos asesinados y otros, tal vez más numerosos, cooptados. Por supuesto subsistieron algunos ex comunistas respetables.

En las mismas décadas de los 70, la eliminación y la cooptación pusieron también en crisis a las guerrillas de presión social y negociación social, como la de Genaro Vázquez, quien fue asesinado al no transformar la negociación social en negociación personal. Después de los años 60, en los movimientos rebeldes armados proliferó la idea de una revolución del nuevo tipo, que desde los años 60 luchaba por la toma del poder como objetivo estratégico. En todo caso, los sucesivos gobiernos priístas, mediante la represión y la cooptación, habían controlado y siguieron controlando las "insurrecciones" de mineros, ferrocarrileros, trabajadores de la construcción... al mismo tiempo que fortalecían el sindicalismo oficial y rehacían las políticas sociales, culturales, económicas y financieras que, entre incontables dificultades, contradicciones y debilitamientos trataban de mantener como política de un Estado social y nacional cuyas fuerzas e integrantes se aburguesaban cada vez más, no sólo en el terreno económico-social, sino en el terreno ideológico, político y militar.

La crisis del "Estado social" comprendió incluso a muchos de los grupos opositores más radicales, y derivó en el florecimiento de un conformismo jocoso y costoso, de una negociación lucrativa y entreguista, de un escepticismo racionalizador y un cinismo retador y prepotente. Una nueva cultura individualista, "realista, corpo- rativa", se extendió por todas partes, en un proceso de "percolación", parecido al de las pandemias que pasan de mostrar síntomas aislados a extenderse en regiones enteras del organismo enfermo, quedando inmunes sólo unos cuantos grupos e individuos.

Posponer el diluvio

La historia de hoy puede resumirse en la de una ocupación integral del Estado y la nación. La privatización es el nuevo nombre de la ocupación. Con la creciente deuda externa las grandes empresas consolidaron el triunfo que habían alcanzado al impedir la reforma fiscal que las afectaba; el gobierno en turno logró mantener ciertas políticas sociales que aseguraban su estabilidad. Se fue acostumbrando a una lógica política de "posponer el diluvio". Hizo concesiones a futuro con tal de resolver problemas inmediatos. La deuda externa no dejó de incrementarse. Con ella, los acreedores lograron influir más y más en el presupuesto de ingresos y egresos del país. Todo se hizo como si estuviera premeditado. Entre negociaciones de cúpula, los prestamistas pedían un poco menos de lo que pedirían después.

Con la pérdida de la política económica no sólo vino una merma del poder del presidente y el Congreso, sino la pérdida de autonomía del gobierno en la política monetaria: el Banco Central pasó a ser dirigido por un funcionario que desde entonces es designado por el Banco Mundial, por supuesto en formas mediadas y encubiertas.

La posibilidad de apoyar a los exportadores con devaluaciones de la moneda, o la de apoyar a los patrones con disminuciones al salario real, mediante la congelación de salarios y aumento de los precios, ya sólo fue un privilegio de las grandes fuerzas financieras y patronales y monopólicas predominantemente extranjeras.

La ocupación como privatización fue legitimada por los economistas neoliberales que pretendían representar "la última palabra de la ciencia", costumbre que les es característica desde Adam Smith y que ellos cultivan, aunque sin la misma franqueza, pues no dicen, como aquél, que la liberalización de los mercados favorece siempre a los países más industrializados y poderosos en detrimento de los más débiles, y a las empresas más fuertes a costa de las más débiles.

La ocupación integral no descuidó el terreno militar: incrementó la formación de cuadros en las escuelas del imperio e "internalizó" un nuevo concepto de la guerra en que el militar deje de sentirse defensor de la patria frente a los enemigos extranjeros, y se prepare para luchar contra su propio pueblo y contra los grupos criminalizados por el gobierno en turno, preparación que lo lleva a participar hoy en la guerra de competencia por el narcotráfico, y a intimidar, acosar y vejar a pueblos indios potencialmente despojables y desechables, que ocupan territorios ricos en recursos naturales de los que las compañías sueñan con apoderarse.

En el campo de la educación y la cultura, la ocupación tuvo importantes triunfos en la enseñanza primaria y secundaria, con reformas a los planes de estudio que con el pretexto de dar más importancia a las ciencias no enseñan ni las ciencias ni las humanidades, y hacen olvidar la historia de México y el mundo. El manejo del presupuesto de egresos tendió a disminuir los recursos humanos para la formación de técnicos de alto nivel en la agricultura, los energéticos, las comunicaciones y transportes, la industria y los servicios. Después trató de privatizar del todo a la educación superior y se enfrentó a una heroica resistencia que encabezaron los estudiantes de la UNAM hasta detener el golpe. No por eso cejaron los privatizadores. Sus "expertos" de Estados Unidos y Europa siguieron proponiendo como lo más moderno una educación de pocos, para pocos y con pocos, la más "funcional" según ellos, y sí lo era para el país que tenían en mientes, un país carente de mercado de trabajo para los egresados de las escuelas profesionales –médicos, ingenieros agrícolas, petroleros y civiles, economistas, abogados, etcétera– en un país al que pensaban quitarle y le estaban quitando y debilitando su seguridad social, sus empresas públicas, sus actividades culturales para los pueblos.

La demanda de privatización y de educación elitista no quería sólo ajustar la oferta a la demanda de empleos "innecesarios". También buscaba la clausura institucional de la universidad mexicana –y latinoamericana– esa casa que difunde la razón, el derecho, la historia, el pensamiento crítico, es decir, todo aquello que causa terror a quienes no tienen la razón ni el derecho y que recientemente han calificado a la universidad de vivero de terroristas.

La ocupación integral neoliberal de los centros educativos logró de todos modos obtener importantes triunfos. Hoy se encuentran sin universidad y sin empleo una inmensa cantidad de jóvenes, al tiempo que baja la escolarización y suben los niveles de analfabetismo e ignorancia.

Se trata de una eficiente política para el subdesarrollo por la que sus artífices son "evaluados" como sobresalientes.

En las luchas por la cultura, la ocupación neoliberal logró un triunfo increíble cuando el Poder Legislativo privatizó las funciones públicas de la televisión y de los medios de comunicación de masas, lo que permitió a los ocupantes quedarse con la política de los "conocimientos prohibidos". Del "lenguaje políticamente correcto" y de una "realidad virtual" unánimemente difundida como imperante espejismo de oasis sin agua, y de un México feliz habitado por débiles mentales y gobernado por personas realmente serias y respetables que son objeto de infundios lanzados por ambiciosos corrompidos –como los de "La consulta"– y por alborotadores que arman escándalos en lugar de ponerse a trabajar.

La ocupación integral también logró combinar la cultura autoritaria y corrompida de las oligarquías republicanas con la cada vez más influyente de los encomenderos y de las oligarquías mentalmente colonizadas por la España de Carlos V y por la "anglo" neoconservadora, que maltratan el idioma español queriéndolo hablar como los españoles o como si fueran estadunidenses.

En el terreno de la política y la sociedad, de las finanzas y la economía, la ocupación neoliberal logró privatizar al Estado mismo a niveles sin precedente. En México, como en otros países del mundo, se impuso la cultura del "mentiroso en palacio", y de "la hipócrita Albión", expresadas por los nuevos "señoritos" posfranquistas y por los voceros de Washington, las mafias de Wall Street y los rancheros de Texas o California.

A esas herencias enajenadas se añadió la cultura de la trampa de los caciques nacionales, blancos y mestizos, que se juntó a la cultura de la trampa de los gángsters electorales de Florida, y de otros estados del "vecino país del norte". La representación de la "representación democrática" puso en escena falsas discusiones legislativas que pretenden deliberar con toda libertad un proyecto que aprueban en lo fundamental, por el que venden su voto u obedecen a la superioridad.

La ocupación más fondo se da en la separación creciente entre "el México formal" y "el México real" con métodos inusualmente legitimados de violar las formas en el momento mismo de aplicarlas. Así ha aparecido un nuevo tipo de golpes de Estado que ocurren a la hora de las elecciones y no después, o el asesinato de numerosos periodistas combinado con el respeto de la libertad de crítica y expresión, o las reformas de hecho a la Constitución sin que se hayan reformado los preceptos correspondientes (por ejemplo a Petróleos Mexicanos), combinaciones difíciles de explicar hasta para muchos "entendidos", cuando no se advierte que las leyes no se usan para regular, sino para legitimar o criminalizar.

La ocupación privatizadora ha logrado separar como nunca a "la clase política" de sus "bases sociales" con lo que debilita a aquélla y éstas, y deja que todas se desmoralicen en medio de una crisis moral e ideológica insuperable mientras sus víctimas no piensen construir otro mundo alternativo y las organizaciones necesarias para alcanzarlo. Mientras tanto, la manera en que "la clase política" (o una parte de ella) entiende "lo político" consiste en someterse más y más a los ocupantes con una opción: el servilismo o el arreglo en "lo oscurito".

Ciertamente en todo este terreno la responsabilidad de las fuerzas independientes o alternativas es muy grande y difícil de asumir, pues enfrentan una separación estructural entre los pueblos y trabajadores pobres, no organizados ni con derecho a organizarse y negociar (por un lado), y los trabajadores que gozan más o menos de esos derechos, aunque las organizaciones y negociaciones sean en circunstancias cada vez más adversas, dadas las políticas neoliberales que amplían el campo de "lo no negociable".

La separación social, cultural, política e ideológica entre los pueblos y trabajadores excluidos y los organizados plantea la necesidad de tender puentes, sobre todo en las luchas cruciales por objetivos que son a la vez inmediatos y de largo plazo.

El respeto a la autonomía de quienes juntos den una misma batalla será tan necesario como la conjunción de sus fuerzas. En la unión por metas concretas con autonomía de los participantes se encuentra el último recurso de que dispone México para no entrar en una situación caótica en que a la ocupación del país mediante la privatización de sus bienes y recursos se añada la privatización mediante la intervención militar de "la comunidad internacional" encabezada por Estados Unidos.

La ocupación privatizadora y neoliberal de México ya es colosal. Además del dominio de la política crediticia y monetaria, de las finanzas públicas y de los medios de comunicación de masas, el proceso de ocupación integral abarca la privatización de correos, carreteras, puertos y aeropuertos, líneas aéreas y comunicaciones telefónicas, grandes diarios y fuentes de información, tierras fronterizas y playas, y territorios en que reinan las compañías herederas de Mamita Unay.

El nuevo tipo de megaempresas dispone en cada una, de toda la cadena que le permite dominar a los mercados. Cada una posee sus propias fuentes de financiamiento, de tecnología y producción, de comunicación, de transporte y almacenamiento, de distribución al mayoreo y al menudeo, de insumo y seguridad, todo a cargo de sus sucursales, de pequeñas y medianas empresas subcontratadas, y de tendajones y vendedores ambulantes.

Es más, al refuncionalizar a los estados y a los sistemas políticos, las megaempresas logran convenios y contratos, concesiones, exenciones, difericiones y cancelaciones de pagos billonarios, así como leyes, decretos y acuerdos que les son altamente favorables.

Desde el TLC hasta hoy, las megaempresas se han ido apoderando de más y más territorios y tierras, y de los mercados nacionales y regionales de todo el país. México depende de las megaempresas y sus gobiernos, entre los cuales está incluido cada vez más "el nuestro". Hoy dominan el mercado del dinero, del crédito, de los granos y de la fuerza de trabajo.

Conocedoras de sus triunfos, las megaempresas y los complejos militares empresariales están conscientes también del creciente descontento que generan entre desempleados, desplazados y los despojados de tierras y trabajo, educación y seguridad, y hasta de medicinas y alimentos.

Las megaempresas tienen una clara idea de los peligros que las amenazan en el futuro inmediato y están preparadas para enfrentarlos. Ya pueden sus voceros anunciar que México será la cuarta potencia mundial en pocos años –como afirmó Calderón recientemente– o que "el peligro de la crisis está bajo control", y otras linduras; pero a las predicciones y "simulaciones de futuros" de los expertos neoliberales mexicanos se añade una predicción real, concreta: un muro gigantesco que separa a todo México de Estados Unidos y Canadá.

El inmenso muro da clara idea del futuro que nos aguarda de continuar el camino que hemos seguido en los pasados 30 años. Sin querer, "Norteamérica" nos amenaza y nos junta con América Latina e Indoamérica, con sus pueblos y trabajadores. Con su Gran Muro como señal que hasta los ciegos ven, nos invita a no caer en el grave error de una Palestina invadida y un terrorismo de la resistencia, sino a fortalecer la estrategia de organización y lucha pacífica que la inmensa mayoría del pueblo y los trabajadores de México insistentemente buscan, y que los propios grupos de defensa armada de las poblaciones están de acuerdo en sostener en todo lo que se pueda y mientras se pueda, incluyendo siempre en su más profunda cultura rebelde el rechazo a los actos terroristas como actos crueles que hieren y matan a personas inocentes.

Organizar y concientizar en cambio a la inmensa mayoría de la población con redes presenciales y a distancia que defiendan sus intereses inmediatos y pongan las bases de un mundo necesario y posible es el camino de la solución para que construyamos con otros "condenados de la Tierra", "otra democracia, otra liberación y otro socialismo", todos dentro del pluralismo ideológico y religioso con espacios laicos que ya hemos hecho nuestros, y teniendo como fuerza principal de apoyo y decisión a los "pobres de la Tierra".

Hoy todo voto contra cualquier proyecto de privatización del petróleo de PRI y PAN o sus derivados será un voto por el camino menos doloroso de la historia de México. Es posible que de triunfar el no, Estados Unidos y sus aliados europeos pretendan quitarnos el petróleo, y lo que no han ocupado aún, quieran quitárnoslo con una de esas guerras "humanitarias" que organizan en sus luchas depredadoras por la libertad de mercados y la democracia que no practican, y contra el terrorismo en que son expertos.

A los intervencionistas habremos de contestarles con el presidente católico Benito Juárez: "Que los enemigos nos venzan y nos roben, si tal es nuestro destino: pero nosotros no debemos legalizar un atentado entregándoles voluntariamente lo que nos exigen por la fuerza". Y después recordaremos a los poetas que dijeron: "Hay en los hombres un infatigable depósito de energía moral, que les permite ser incesantemente rebeldes". O lo que nos dijeron algunos zapatistas: "Para resistir, luchar y crear se necesitan tres cosas: perder el miedo, tener esperanza y hacer fiesta. Y todo sin perder la dignidad y la firmeza".

Los días del gran plantón: La RCP se entrega a la PGR

De la Lámpara de Diógenes:
El martes 8 de agosto de 2006 un grupo de ciudadanos en apoyo a la Coalición Por el Bien de Todos tomaron desde temprano las casetas de acceso a la Ciudad de México en las carreteras de Puebla y Cuernavaca. Tres horas más tarde otro grupo tomaba las carreteras que conducen a Toluca, Querétaro y Pachuca. En tres autopistas se impidió el cobro del peaje a los usuarios.

Por este motivo Caminos y Puentes Federales (Capufe) presentó tres denuncias penales ante la Procuraduría General de la República (PGR) para castigar a los responsables de haber permitido el paso sin cobrar por las casetas de peaje.

La resistencia civil decidió entonces "entregarse" el jueves 10 a las oficinas centrales de la PGR. Cientos de personas llegaron junto con Martí Batres, Dante Delgado, Jesús Ortega y Jesusa Rodríguez a un lado del plantón del Paseo de la Reforma. La protesta civil pacífica no es un delito y estamos aquí para entregarnos, porque no tenemos qué ocultar.

Salvo un forcejeo contra el retén de granaderos de la Secretaría de Seguridad Pública del Gobierno del DF por parte de Martí Batres y Dante Delgado el resto de los ciudadanos permanecieron pacíficamente participando en la protesta, sentados frente al edificio por cuyas ventanas se asomaban curiosos agentes federales que observaban.



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