Por Eduardo Ibarra Aguirre
Una arcaica forma de presentar a los aliados, partidarios y subordinados el I Informe de Gobierno, en una imitación de reunión de la República como las que organizaba José López Portillo , colocó en segundo plano los contenidos del mensaje político de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa .
La misma estructura del discurso no ayuda a sobresaltar las tareas realizadas y los propósitos para 2008, o bien las políticas y objetivos para los siguientes cinco y hasta 30 años, pues sabido es que el michoacano no se anda por las ramas en su decisión de transformar a México y pretende trazar los rumbos hasta 2036, sin reparar en la absoluta incongruencia con su insistente llamado a regirnos por el estado de derecho, como tampoco en la división de poderes ni en la soberanía popular.
Una agrupación temática de acuerdo a los cinco ejes de su gobierno --Estado de derecho y seguridad. Economía competitiva y generadora de empleos. Igualdad de oportunidades. Sustentabilidad ambiental y democracia efectiva. Política exterior responsable-- le permitieron al que republicanamente es el primer empleado del país, pero él insiste en conducirse como El jefe de las institucione s nacional es, darle un hilo conductor a un discurso redundante al entreverar y abordar los temas.
Mensaje que lo mismo fue una danza de cifras alegres al estilo de Gustavo Díaz Ordaz --no exenta de evidentes contradicciones, por ejemplo, sobre empleos generados--, que un listado de impecables propósitos pero ahorrándose los indispensables cómos, que exhortaciones para motivar a la plaza pública --por las que no ha podido ocupar--, que una vuelta a enero-junio de 2006 en que pujaba por el voto ciudadano.
Hasta Francisco José Paoli Bolio, panista de pura cepa, lamenta que Calderón no aprovechó el discurso de Palacio Nacional –vigilado por 4 mil 700 soldados, marinos y policías que Televisión Azteca y Televisa ocultaron muy bien-- para exponer las líneas de su gobierno, el camino andado y sobre todo los rumbos a transitar, en una exposición explicativa para el gran público, pero también en polémica con sus opositores, a los que llama obsesivamente a debatir a la vez que censura el breve mensaje de Ruth Zavaleta Salgado y al Congreso de la Unión.
La intolerable censura gubernamental, inaugurada en diciembre pasado por Francisco Javier Ramírez Acuña con un programa televisivo sobre Andrés Manuel López Obrador , encuentra eco en la empresa que preside Emilio Azcárraga Jean que presiona a Warner Bross México para que no distribuya la película 2 de julio: el fraude que nadie vio, dirigida por Luis Mandoki . Y sorteando la censura publicitaria, ordenada por Los Pinos, al decir de José Gutiérrez Vivó , éste y el noticiario Monitor volvieron afortunadamente al aire.
No se puede transformar a México cuando las políticas y presupuestos gubernamentales privilegian acciones, como lo reconoció el esposo de Margarita Zavala Gómez del Campo , para incidir en la percepción ciudadana sobre una realidad fabricada y no para atender la realmente existente. Para ello gastaron 3 mil millones de pesos en seis meses para publicidad, sostiene Leonel Cota Montaño . Calderón Hinojosa presumió que se redujo de 50 a 30 por ciento los ciudadanos que perciben a la inseguridad pública como el principal problema del país. Y el aplauso no se hizo esperar, junto al homenaje rendido por el de Morelia a las fuerzas armadas en su anticonstitucional “guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado”, lo que implica que apoya los asesinatos de niñas y ancianas, abusos sexuales, obstrucción de carreteras y caminos, robos y cateos de domicilios particulares por todo el país.
Con 100 desaparecidos políticos y mil mexicanos encarcelados en 6.9 años de gobiernos panistas, la transformación a la que se convoca es, en rigor, una regresión en toda la línea.
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