Eran apenas las diez de la mañana y el paso por las avenidas Madero y 20 de Noviembre que desembocan en la Plaza de la Constitución ya era prácticamente imposible. Por dichas avenidas y de sus calles aledañas, fluían, como torrente, miles de personas que, apresuradas corrían para alcanzar, – “aunque sea un lugarcito”- decían unos, para poder ver mejor.
La convocatoria fue impresionante, a sólo tres días del llamado urgente del presidente legítimo, la gente acudió de todos los puntos del país. En el momento en que arribó Andrés Manuel López Obrador, el zócalo capitalino se encontraba completamente lleno.
En el templete se encontraban varios de los legisladores y senadores del Frente Amplio Progresista (FAP), que en un hecho sin precedente iniciaron desde el jueves 10 de abril la resistencia civil pacífica junto y de la mano con la gente, junto con el pueblo al que representan y en esta unida lucha por impedir la entrega de la industria petrolera a unos cuantos, el primer objetivo se cumplió: se evitó el “albazo” legislativo.
Desde el punto más cercano hasta el más alejado del templete los ojos y oídos de todos los presentes estaban atentos al informe del FAP y del gobierno legítimo. López Obrador, en un discurso demoledor, acusó a la mayoría de los medios de comunicación dedicados a fomentar, nuevamente, una campaña de odio y de linchamiento político hacia el movimiento en defensa del petróleo. De igual manera, sentenció que si no se recibe una respuesta a la petición de abrir un debate plural, se continuará en resistencia civil pacífica por lo que solicitó a la concurrencia estar alerta.
La ciudadanía no se quedará con los brazos cruzados, el compromiso está hecho y ante el cerco informativo, a partir de esta semana todas las brigadas cívicas, saldrán a las calles y a las plazas públicas para convertirse, cada uno, en un medio de comunicación.
Por lo pronto, este próximo martes, las brigadas de mujeres estarán en las cercanías del Senado para estar atentas a lo que suceda en la cámara, pues de ello dependerán las acciones de resistencia que se lleven a cabo.
La asamblea concluyó y una mujer al acercarse me dijo –“Yo tenía ocho años cuando fue la expropiación petrolera y acudí al llamado del Presidente Lázaro Cárdenas.” le pregunté –“¿y qué fue lo que llevó? ¿su domingo?” a lo que ella con orgullo replicó – “no, no, traje una bolsa llena de monedas de plata de a peso y por eso estoy aquí, el petróleo ya lo recuperamos hace mucho y no vamos a permitir que nos lo vuelvan a quitar.”- La mujer de setenta y ocho años al despedirse se alejó con la mirada feliz de una niña de ocho.
En la calle de 16 de Septiembre esquina con 5 de Febrero se encontraba una camioneta, del consorcio de los Azcárraga, fue rodea por los que pasaban por ahí y sin gritos, ni violencia alguna fue tapizada “respetuosamente” con carteles y papeles con consignas escritas a mano, dejando en claro la indignación de la gente por secuestrar la voz del pueblo. Como dijo AMLO –“Puede ser que los senadores y diputados tengan la última palabra, pero la primera palabra la tendrá siempre el pueblo de México.”
Más fotografías en la Lámpara de Diógenes.
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