Ciudad de México, 12 de agosto de 2008
Servicio informativo núm. 501
http://serviciodenoticiasisa.blogspot.com
Sumario:
Tres miradas sobre Bolivia
I. Constitución versus estatutos autonómicos, la pugna postreferéndum. Evo concilia, Costas confronta
II. El presidente recibió mayor apoyo electoral que cuando fue elegido, en 2005. Rotundo respaldo a Evo, pero también a sus más duros rivales
III. Los obreros no votarán contra Evo
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TRES MIRADAS SOBRE BOLIVIA
El servicio de noticias ISA ha recogido el siguiente prisma de materiales sobre la situación reciente de Bolivia a partir del esfuerzo informativo que cotidianamente realizan los colegas de Correspondencia de prensa - Boletín solidario - Agenda Radical. Cada texto, a su vez, registra a su autor y a la fuente original que lo ha difundido.
Constitución versus estatutos autonómicos, la pugna postreferéndum. Evo concilia, Costas confronta
Redacción Bolpress
El presidente Evo Morales convocó a los prefectos ratificados a garantizar la nacionalización de los recursos naturales respaldada por el voto popular, y a conciliar los estatutos autonómicos de Santa Cruz, Beni, Tarija y Pando con el proyecto de Constitución Política del Estado (CPE) aprobado por la Asamblea Constituyente en 2007. El Prefecto de Santa Cruz advirtió al “revocado” Estado centralista que no se atreva a imponer su Constitución “racista” y anunció que Santa Cruz tendrá un cuerpo policial y una oficina de impuestos autónomos.
Morales felicitó a los prefectos autonomistas ratificados en el referéndum revocatorio, reconoció su legitimidad como autoridades departamentales y, con un tono conciliador, se mostró dispuesto a reconciliarse con opositores y empresarios “patriotas”.
“Si me ratifican con más de 54 por ciento tendría cierta autoridad para convocar a todas las autoridades ratificadas o a las nuevas autoridades para buscar consensos junto con movimientos sociales, sean sindicales o cívicos, para que el pueblo pueda aprobar la Constitución”, declaró Morales el sábado.
Ante cientos de personas reunidas en la plaza principal de la ciudad de Santa Cruz, el ratificado prefecto Costas advirtió al gobierno “autoritario” que no intente imponer la “ilegal y racista” Constitución porque si lo hace se meterá en “un callejón sin salida.
En un discurso confrontacional y profuso en adjetivos, Costas anunció que los retos impostergables de la autonomía consolidada en el referéndum de este domingo son la convocatoria a elecciones de representantes de la Asamblea Legislativa de Santa Cruz, la creación de un organismo de seguridad paralelo a la Policía Nacional que haga cumplir las normas y leyes departamentales y una Agencia Tributaria Departamental responsable de recaudar impuestos para beneficio de la región.
Según Costas, “el terrorismo de Estado” fue revocado en los departamentos autonomistas y se reafirmó la autonomía ejercida desde el 4 de mayo. En su criterio, el estatuto autonómico “adquiere la categoría de catecismo autonómico de un pueblo creyente”.
El prefecto de Pando, Leopoldo Fernández, quien todavía no tiene asegurada la victoria, declaró a Unitel que se fortaleció el Consejo Nacional Democrático (Conalde) integrado por opositores de Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija y Chuquisaca. La autoridad reconoció que es difícil conciliar autonomismo y centralismo, dos visiones de país antagónicas, pero hay que hacer el esfuerzo.
Un día antes del referéndum, el vicepresidente Álvaro García Linera declaró al diario La Razón que asumiría la victoria como una ratificación de los grandes lineamientos políticos del gobierno, pero a la vez como una convocatoria a reconocer la fuerza y los criterios de los oponentes en la perspectiva de articular un solo bloque histórico para remontar la crisis. Por eso volverá a convocar a la Iglesia y a las fuerzas políticas a retomar un diálogo auténtico en un nuevo escenario.
El vicepresidente explicó al diario argentino Clarín que el referéndum “sincera la geografía política en el país y la correlación de fuerzas”, y habilita nuevos escenarios de diálogo. En su criterio, se ha sobredimensionado el poder de grupos opositores que se atribuyen el derecho a veto a partir de una “inflación mediática”.
Paralela a esta línea concertadora, el gobierno anuncia que será firme y duro con los saboteadores y sediciosos que sobreestiman su fuerza política y electoral. No se aceptarán más chantajes de esa especie de dictadura de minorías que se impuso en la Asamblea Constituyente y en las regiones. García Linera advierte que se acabaron los cálculos electorales y llegó la hora de gobernar. Esto supone sancionar a pequeños grupos de provocadores y ser implacables en la aplicación de la ley y en el restablecimiento de la institucionalidad.
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El presidente recibió mayor apoyo electoral que cuando fue elegido, en 2005. Rotundo respaldo a Evo, pero también a sus más duros rivales
Pablo Stefanoni , corresponsal en La Paz
Clarín, Buenos Aires, 11-8-08
El 63% del país avaló el mandato del presidente, según conteos rápidos. Sin embargo, los gobernadores que quieren la autonomía también ganaron ampliamente. La oposición perdió La Paz y Cochabamba. El oficialismo peleaba en Oruro.
Los bolivianos apoyaron ayer masivamente la continuidad del presidente Evo Morales, quien fue ratificado en su cargo con cerca de 63% de los votos según conteos rápidos. Bastante por encima del 54% obtenido el 18 de diciembre de 2005. Sin embargo, pese a la contundencia de su victoria, la foto de Bolivia que surgió de la votación de ayer es la de un país profundamente dividido entre el occidente indígena, donde Morales literalmente arrasó, y el oriente autonomista que no sólo le dijo “No” al jefe de Estado sino que avaló a sus cuatro gobernadores con una avalancha de votos. Así, después de una jornada pacífica, todos festejaron y en este hecho en apariencia auspicioso reside el drama de Bolivia: el afianzamiento del “empate catastrófico” entre dos bloques étnico-regionales con visiones de país enfrentadas, ahora ratificado por las urnas.
Según datos preliminares, que coinciden en las tendencias pero no en los porcentajes, el gobernador Rubén Costas de Santa Cruz fue ratificado con alrededor de 70%; Mario Cosió de Tarija y Ernesto Suárez de Beni con más de 60% y Leopoldo Suárez de Pando con alrededor de 55%.
Como premio consuelo, el oficialismo logró echar al gobernador cochabambino Manfred Reyes Villa y al paceño José Luis Paredes, dos opositores que habían ganado la elección con corte de boleta en 2005 en dos bastiones del gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS). Luis Alberto Aguilar, en Oruro, peleaba por retener su cargo por luchas en el interior del MAS, aunque en esta zona minera no está en cuestión el apoyo al gobierno. Mientras Paredes aceptó su derrota, Reyes Villa anunció que dará una pelea legal para mantenerse en su cargo, lo que parece improbable a la luz de la contundencia de su derrota.
“El presidente ha ganado pero la media luna ha ganado más aún. Se mantiene así el empate, que puede ser catastrófico si no se logra un acuerdo nacional”, reflexionó el analista político y asambleísta constituyente Jorge Lazarte. “Evo Morales ganó pero perdió”, leyó el historiador Alcides Parejas, parte del autonomismo radical cruceño.
Según el conteo rápido, Morales fue ratificado con 80% en La Paz, Oruro y Potosí, y con alrededor de 70% en Cochabamba, territorio recuperado por el oficialismo. Pero como un espejo de la línea divisoria —teñida de enconos étnicos— el “No” a Morales sumó más de 60% en Santa Cruz y Beni, y más de 50% en Tarija, Chuquisaca y Pando.
Es decir, se consolida el apoyo social a las autoridades de la “media luna” opositora. “Es un respaldo a la decisión popular tomada en los referendos autonómicos, que abre la puerta a la aplicación de los estatutos de autonomía”, evaluó el gobernador de Tarija, Mario Cossío. “Lo que fue planificado como una emboscada artera fue derrotada hoy en las urnas”, añadió el gobernador Costas, en huelga de hambre en protesta por un recorte impositivo del Estado central. Consideró que la consulta no resolverá los problemas de Bolivia y llamó “macaco” a Evo Morales, sin nombrarlo, y “macacón” a Hugo Chávez, artífices según él de un nuevo terrorismo de Estado. Anunció, además, la creación de una policía y una agencia tributaria locales, hoy sin base legal alguna.
En Santa Cruz, una multitud copó la céntrica plaza 24 de Septiembre con banderas verdes y blancas de la región al ritmo de música carnavalera, mientras los “evistas” cantaron canciones como “coca, coquita”. “Evo Morales no ha perdido, pero qué nos importa. Acá en Santa Cruz hemos ganado. Con este resultado él ya no va a poder seguir jodiendo la pava”, se sinceró en lenguaje local el alcalde cruceño Percy Fernández, famoso por sus exabruptos, quien días atrás convocó a los militares a un golpe de Estado. “(Evo) No pisa más (Santa Cruz)”, coreaban los manifestantes.
El presidente boliviano, que votó en la región cocalera del Chapare, en Cochabamba, retornó a La Paz en la tarde, y en la noche habló frente a sus seguidores desde el balcón del Palacio Quemado. Sin atacar a la oposición, pronunció un discurso breve en el que llamó a juntar la nueva Constitución con los estatutos autonómicos. También habló de unidad: “estamos convencidos de que es importante unir a los bolivianos, del campo y la ciudad, de oriente y occidente, y esa unidad se hará con la nueva Constitución y los estatutos autonómicos”. Consideró a la votación de ayer un triunfo de la “revolución democrática y cultural”, convocó a trabajar juntos en nuevas nacionalizaciones y les dedicó la victoria “a todos los revolucionarios del continente”. “Patria o Muerte... Venceremos”, convocó incorporando una fórmula novedosa en el lenguaje presidencial.
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Los obreros no votarán contra Evo
Econoticias
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Hay quienes convocan a no asistir a las urnas, otros a votar en blanco o nulo y muchos otros a votar por el SÍ a Morales. Hay también quienes llaman a votar en contra de los prefectos derechistas. Ninguna de estas modalidades va en contra de la permanencia de Evo Morales en el poder.
A pesar de la dura represión contra los mineros, del persistente rechazo a las demandas laborales y del evidente incumplimiento de la “agenda de octubre”, la clase obrera boliviana no votará este domingo en contra del presidente indígena Evo Morales ni se sumará a la conjura de la derecha y la oligarquía, pero continuará en la lucha por conquistar sus derechos y con sus propias banderas.
Aunque acongojados por la muerte a bala de dos mineros de Huanuni, doloridos por el medio centenar de mineros heridos y decepcionados por el gobierno indígena-campesino que es blando con la oligarquía y feroz con los obreros, ni la Central Obrera Boliviana (COB) ni sus sindicatos más radicales convocaron a emitir el voto en contra de Morales en el referéndum revocatorio.
Nadie en las filas de los obreros revolucionarios se sumará al llamado de la oligarquía y de la derecha que convocan insistentemente al pueblo a revocar el mandato del “indio presidente”, votando por el NO a Evo Morales y al vicepresidente Álvaro García Linera.
A pesar de la traición
“Este es un gobierno traicionero. Los dirigentes no tenemos miedo a este gobierno traicionero. En su debida oportunidad le hemos dado el apoyo para que Evo Morales sea presidente de Bolivia, pero ahora nos manda a reprimir con gases y armas de fuego”, aseguró este jueves el principal dirigente de la Federación de Mineros de Bolivia, Guido Mitma, durante el entierro de los dos mineros de Huanuni acribillados por las tropas policiales. “El presidente Evo Morales está traicionando a los trabajadores del país, porque antes luchábamos lado a lado, pero ahora él está al frente y nos manda a reprimir con las fuerzas del orden (…) El presidente Evo Morales está rodeado de gente neoliberal, de gente que responde a los intereses de la derecha y no de los trabajadores. Quienes quieren boicotear, quienes quieren hacer caer a este gobierno son los mismos ministros, que son incapaces de solucionar el conflicto”, dijo Miltma al reafirmar que proseguirá la lucha de los trabajadores por una jubilación digna y un mejor salario, pero sin caer en el “juego de la derecha”.
Posiciones dentro de la COB
En el interior de la COB hay varias posiciones en torno al referéndum revocatorio del domingo, que definirá si Evo Morales, el vicepresidente Álvaro García Linera y los prefectos (gobernadores) mantienen o no sus cargos por los siguientes dos años y medio. Hay quienes convocan a no asistir a las urnas, otros a votar en blanco o nulo y muchos otros a votar por el SÍ a Morales. Hay también quienes llaman a votar en contra de los prefectos derechistas. Ninguna de estas modalidades va en contra de la permanencia de Evo Morales en el poder.
Según establece el artículo 8 de la ley del referéndum revocatorio No. 3850 del 12 de mayo de 2008, se necesitan dos requisitos para que Morales y García Linera dejen de inmediato sus cargos y se llame a nuevas elecciones: que el voto por el NO sea superior al 53,74% de los votos válidos (contabilizando sólo los votos por el SÍ y NO, sin tomar en cuenta la abstención, los votos blancos y nulos) y que los votos por el NO sumen más de 1 544 374. La ley establece que se puede revocar el mandato únicamente si los votos en contra son superiores, en porcentaje y cantidad, a los obtenidos en la elección de diciembre del 2005.
Por ello, la abstención en las urnas o el voto en blanco, o el voto nulo, no cuentan a la hora de revocar el mandato de Morales, que parece totalmente asegurado ante la virtual imposibilidad de la derecha de reunir un millón y medio de votos en contra de Evo.
En las filas laborales, sólo los dirigentes sindicales que se han sumado a las autonomías regionales dirigidas por la oligarquía, como es el caso de las Centrales Obreras de Santa Cruz, Tarija y Sucre, convocan a los trabadores sindicalizados a votar NO a Morales y SÍ a los prefectos derechistas. Estos grupos, sin embargo, sólo tienen fuerza a nivel regional y no en el ámbito nacional.
Conciencia de clase
Y esto es producto de la notable conciencia de clase que tienen los trabajadores bolivianos insertos en la COB y que les permite identificar a la oligarquía, la burguesía y el imperialismo como al enemigo principal y causa de los grandes males nacionales y de la pobreza de los bolivianos.
Por ello, la COB postula la destrucción del poder económico del enemigo principal y lucha por el cumplimiento de la “agenda de octubre” del 2003 (arrebatándole las tierras, las minas, las agroempresas, el gas y el petróleo).
La COB y los sindicatos más radicales no quieren convivir con el enemigo principal ni tratan de cogobernar con él, como es la intención del gobierno de Evo Morales, que representa los intereses generales de los pequeños productores del campo y de la ciudad.
En el interior de la COB, los sindicatos más radicales, como mineros y maestros, consideran que una montaña de votos no es suficiente para liquidar a la oligarquía ni para obligar a Morales a poner mano dura contra la derecha y cumplir con la agenda de octubre (gas, petróleo y minas para el Estado, tierras para los campesinos y buen salario, empleo y jubilación digna para los trabajadores). Otros, en cambio, tienen aún esperanzas en que Evo deje de ser tan blando con la oligarquía y cumpla con las demandas populares.
Rechazo a las urnas
Desde la izquierda más radical, el trotskista Partido Obrero Revolucionario (POR), que tiene influencia entre los sindicatos más radicales de maestros y mineros proletarios, convocó a los trabajadores a dar la espalda a las urnas.
“El rechazo del POR al circo burgués implica, por una parte, no hacerse ilusiones en la política conciliadora y de carácter pequeño burgués pro-capitalista de Evo Morales, pero también implica ayudar a que las masas desechen la creencia de que con su voto van a ‘castigar a la derecha’ o a derrotarla, implica trabajar para que se superen las ilusiones democrático-burguesas”.
“Las masas no debemos hacernos ninguna ilusión en el gobierno, en el voto y la farsa democrática burguesa”, dice al convocar al pueblo a “organizarnos de manera independiente y luchar por nuestras necesidades inmediatas, por la nacionalización sin indemnización de las empresas alimenticias para poder frenar la subida de los precios, por una nueva ley de pensiones que obligue a la patronal y al Estado a aportar para las jubilaciones de los trabajadores. Por la nacionalización, sin indemnización de las empresas mineras y petroleras, por la toma de tierras y colectivización del agro, por un salario mínimo vital con escala móvil”.
Confianza en Evo
Otros, en cambio, como el estalinista Partido Comunista de Bolivia (PCB) convocaron a votar por Morales y así “abrir el paso a una verdadera revolución”.
“Un triunfo será también la más legítima oportunidad para realizar el golpe de timón que los hombres y mujeres avanzados anhelan. Una inmejorable oportunidad para que se depure al gobierno de quienes no hacen otra cosa que representar velada, subrepticiamente, los intereses del neoliberalismo, de las transnacionales y la oligarquía”, dice el PCB que cree que la votación en las urnas “puede ser una inmejorable oportunidad para dirimir —con la derecha, los oligarcas y los agentes del imperialismo— nuestras diferencias, sin que la sangre llegue al río”.
En esta misma línea, la Alianza Revolucionaria Antiimperialista (ARA) asegura que “la batalla del 10 de agosto será decisiva para derrocar al fascismo que se encuentra en acción contra las legítimas aspiraciones del pueblo empobrecido hasta el extremo, gracias a las políticas impuestas por el imperio y sus agentes nacionales, en los últimos 50 años”. “El 10 de agosto ratificaremos con el SÍ al gobierno de los campesinos, indígenas y las clases populares antiimperialistas. Votaremos NO contra los prefectos reaccionarios y corruptos que representan la derecha, las oligarquías, el latifundio y el imperialismo”, agrega el ARA que agrupa a fracciones de comunistas estalinistas, maoístas, socialistas y nacionalistas de izquierda afines al gobernante Movimiento al Socialismo (MAS). Otras agrupaciones menores convocan a votar en blanco en el caso de Morales y por el NO a los prefectos derechistas.
Los sindicalistas del gobernante MAS piden también dar un fuerte apoyo electoral a Morales, para que tenga la suficiente fuerza y legitimidad que obligue a los prefectos derechistas y a la oligarquía a lograr un gran acuerdo nacional.
Encuestas y resultados
A horas del referéndum, todas las encuestas difundidas por los grandes medios de comunicación confirman el vaticinio de que Evo, su vicepresidente Álvaro García Linera y varios de los prefectos derechistas serán ratificados en las urnas, con lo que se mantendrá la virtual existencia de dos gobiernos en Bolivia, el de Morales que tiene el control del altiplano y de las zonas rurales en los valles, y el de la oligarquía, que gobierna en el oriente y gran parte de los valles.
Concluido el referéndum, la proyección de Evo es lograr un gran acuerdo nacional con la oligarquía para preservar la democracia representativa y fortalecer el funcionamiento del capitalismo andino. También quiere lograr la aprobación de una nueva Constitución Política que otorgue, por lo menos en lo formal, más derechos a las poblaciones indígenas, impulse el desarrollo capitalista de Bolivia y abra paso a su reelección a partir del 2010.
La derecha, en cambio, ya no quiere ningún pacto con Evo, menos su nueva Constitución y su posible reelección, y apuesta a desgastarlo y a impedir que se mantenga en el gobierno más allá del 2010, cuando concluye oficialmente su mandato de cinco años.
En medio de estas dos grandes tendencias, los sectores más radicalizados de la COB postulan destruir el poder económico de la oligarquía y, al mismo tiempo, obligar a Evo Morales a ejecutar la agenda de la insurrección de octubre, que se sintetiza en gas, petróleo y minas para Estado, tierras para los indios y empleo y salarios para los trabajadores. La COB, por lo menos hasta ahora, quiere que Evo cambie de política, que sea blando con los sindicatos y trabajadores y que sea feroz con la oligarquía y el imperialismo.
“Los mineros vamos a hacer respetar las conquistas sociales, así sea enfrentándonos a los policías o militares, lo único que decimos es que Evo Morales se olvidó su pasado de dirigente sindical que bloqueaba, que hacia huelgas de hambre y apoyaba otras medidas de presión”, advirtió ayer (por el 8 de agosto) el dirigente minero Mitma.
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