sábado, 12 de diciembre de 2009

HASTA EL GORRO LOS DOS COMICOS

¡¡CUALQUIERA PUEDE SER OBLIGADO A RETRACTARSE, POCOS RESISTEN!!

GALILEO GALILEI SE RETRACTA ANTE LA INQUISICIÓN DE SU TEORÍA SOBRE EL MOVIMIENTO DE LA TIERRA. 22 DE JUNIO DE 1633
“Yo Galileo Galilei, maestro de matemáticas y física de Florencia, abjuro solemnemente lo que he enseñado, que el Sol es el centro del universo y está inmóvil en su lugar, y que la Tierra no es el centro y no esta inmóvil. Yo abjuro, abomino y maldigo de todo corazón y con fe sincera de todos esos errores y herejías, así como también de cualquier otro error y cualquier otra opinión, que éste en contra de la santa iglesia”
SE ACABARON LAS DISCUSIONES CIENTÍFICAS.
El papa Urbano VIII ante el cardenal Barberin
Tomado de vida de Galileo Galilei Bertolt Brecht.

LA HISTORIA ME ABSOLVERE. DISCURSO PRONUNCIADO POR FIDEL CASTRO EN EL JUICIO DE MONCADA. 16 DE OCTUBRE DE 1953.
Fragmento final:
En cuanto a mí, sé que la cárcel será dura como no la ha sido nunca para nadie, preñada de amenazas, de ruin y cobarde ensañamiento, pero no la temo, como no temo la furia del tirano miserable que arrancó la vida a setenta hermanos míos. Condenadme, no importa, La historia me absolverá.
DISCURSO ANTE LA TUMBA DE MARX:
Federico Engels
“El 14 de marzo, a las tres menos cuarto de la tarde, dejó de pensar el más grande pensador viviente. Apenas le habíamos dejado solo dos minutos, cuando al volver le encontramos serenamente dormido en su sillón, esta vez para siempre.”
“Así se explica que Marx fuese el hombre más odiado y más calumniado de su tiempo. Todos los gobiernos, los absolutistas como los republicanos, lo desterraban, y no había burgués, desde el campo conservador al de la extrema democracia, que no le cubriese de calumnias, en verdadero torneo de insultos. Pero él pisaba por encima de todo aquello como sobre una tela de araña, sin hacer caso de ello, y sólo tomaba la pluma para contestar cuando la extrema necesidad lo exigía. Este hombre muere venerado, amado, llorado por millones de obreros revolucionarios como él, sembrados por todo el orbe, desde las minas de Siberia hasta la punta de California, y bien puedo decir con orgullo que, si tuvo muchos adversarios, no conoció seguramente un solo enemigo personal.
Su nombre vivirá a lo largo de los siglos, y con su nombre, su obra”