lunes, 22 de enero de 2007

Notas de Proceso




La herencia de la madrastra

Sara Lovera
México, D.F., 18 de enero (apro-cimac).- Espejito, espejito, ¿quién es la mujer más bella de la región?, pregunta todos los días la madrastra de Blanca Nieves para superar sus inseguridades y miedos. No requiere terapia durante muchos años, hasta que Blanca Nieves crece y se vuelve una bellísima mujer. Entonces, ya es tarde.

El primer auto halago de Felipe Calderón, a 45 días de administración, me recordó esta escena del viejo cuento, donde es elocuente el autoengaño de la madrastra, quien hizo todos los intentos por desparecer a su hijastra y no pudo. La realidad empezó a amenazarla día con día, hasta que ya no avanzó más y todo a su alrededor reventó.

Y a pesar de tratarse de un cuento misógino que ha fundado en su contenido la competencia entre mujeres y reforzó el mito de que sólo la madre de sangre es capaz de amar a sus vástagos, el ejemplo me sirve. Es Felipe frente al espejo preguntando lo imposible, lo absurdo, evaluando con encuestas de opinión sacadas de quién sabe donde, evadiendo la realidad que, como dice un escritor, supera a los hechos.

Dice Calderón que en 45 días se recuperó la seguridad en el país, sobre la cual, insistió una y otra vez, se hará “sin titubeos ni vacilaciones”. Es decir, otra y una vez más, como la madrastra, el tipo necesita autorreafirmar un poder que no le ha venido del pueblo y, como en todos los casos semejantes, sólo posible por el poder de las armas.

Realmente no conoce nada al país que pretende gobernar. Y no es que se pueda porque la realidad, otra vez, supera a los hechos. Las y los mexicanos no podemos levantar protestas al mismo tiempo por la represión policíaca, por el miedo sembrado en los campos, por el aumento en los precios del gas, de las carreteras y, encima, por la amenaza de que nuestra base alimenticia se vuelva contra nuestra sobrevivencia.

Una familia que debe comprar 3 kilos de tortillas diariamente verá su economía afectada porque eso equivale a un salario mínimo, a un sueldo, a más del 20 por ciento del ingreso del 50 por ciento de la población urbana de este país. Ni siquiera hablemos del campo y menos de la población indígena.

Y como no sabe dónde se metió, porque lo hizo por la puerta de atrás o falsa, Calderón vuelve al espejito, para evadirse, para sobrevivir a un puesto que, como su casaca militar, le ha quedado grande. No está en su tinta y el espejo puede nublarse en cualquier momento.

Sí pretendía un recuento no llegó a eso, porque en 45 días, además de militarizar al país, se ha ido contra los comunicadores decentes. Se asoció con lo más oscuro del PRI e intentó, con el presupuesto, mostrar a fondo el desprecio que tiene del conocimiento, de la cultura y del desarrollo de la inteligencia que, con la falta de alimentación, se agudizará en México.

La madrastra era mala. Calderón es simplemente un humano resultado de un sistema donde el poder y el consumo lo dominan todo: las relaciones sociales, las relaciones entre países, las relaciones entre amigos y amigas y las relaciones en la pareja.

Es como si no hubiera espacio. Por eso resulta peligroso que la población mexicana se informe y reflexione. Por eso se cierran programas críticos y se oculta información, cada vez más importante en todo el país.

Las protestas por el alza del precio de la tortilla; las provocadas por la represión de familiares de apistas el domingo en Miahuatlán; los abusos militares contra las trabajadoras sexuales en Castaños, Coahuila; la angustia y la desesperación de ingenieros y obreros de Pemex que podrían perder el empleo y el patrimonio; el conflicto cotidiano en las zonas fronterizas; la ira desatada por la impotencia en los hogares de miles de hombres contra sus mujeres, simplemente no existen en el espejito.

Bueno, todo eso es pesimismo, dirían muchísimas personas.

Pesimismo y reforzamiento de las ideas de violencia, siendo la vida tan bella y hermosa, dice el espejito de Felipe. No volveremos hablar del horror, ni de la injusticia. El país va bien. Hoy estamos viviendo momentos de gran seguridad, pero de todos modos cuide su bolsa, no salga a la calle en Michoacán, ni en Guerrero, ni en Sinaloa, ni en Chiapas, porque puede ser confundida con una delincuente o, simplemente, abusada por los militares ahora con gran poder y respaldo, ellos sí, de la pequeña camarilla que administra al país.




Calderón: El grosero uso del Ejército

Alvaro Delgado
México, D.F., 15 de enero (apro).- A la intimidación social que implica el uso inconstitucional de las Fuerzas Armadas del país por parte de Felipe Calderón, quien suple la incompetencia y aun robustece la complicidad de la autoridad civil ante y con los capos del narcotráfico, se suma ahora la insolente utilización del Ejército para promocionar al equipo de futbol Guadalajara, propiedad de Jorge Vergara.

Vergara, cuya repentina transformación de vendedor de carnitas a magnate del futbol no se explica sin la colusión con miembros del poder público --como Francisco Ramírez Acuña, Vicente Fox y Marta Sahagún--, puede hacer con su equipo lo que le venga en gana, como lo hizo el año pasado, al disfrazar de payasos de circo a los jugadores, pero no tiene derecho a hacerlo con una institución de la República.

Por supuesto, la decisión de utilizar como patiños a 200 militares de la 15 Zona Militar, que posaron en fotografías propagandísticas para el negocio de Vergara, entre ellas en medio de tanques de guerra, tiene un único responsable: Felipe Calderón, cuya urgencia de afirmación personal y política coloca a las Fuerzas Armadas en el extremo del ridículo.

Si ya de por sí los mandos y tropas de las Fuerzas Armadas han sido expuestos al poder corruptor del crimen organizado y aun a la represión contra mexicanos, debido a la incompetencia de los políticos para contener conflictos sociales --por la vía del disfraz de militares con uniforme gris--, el uso de elementos y equipo castrense es más grave que una sola ocurrencia de quienes asaltaron el gobierno.

Nada más falta que los militares sean utilizados por modistos en pasarelas de modas. Ni siquiera Fox, que ya es mucho decir, usó de manera tan utilitarista al Ejército, que eventualmente puede beneficiarse en imagen con su sometimiento al dueño de las chivas, ciertamente el equipo de futbol más popular de México, integrado sólo por mexicanos y en búsqueda del segundo campeonato, en lo que se denominó “Operación bicampeonato”.

“Luego de conseguir el décimo primer título, chivas tiene como propósito ir por el bicampeonato y para ello se integran en un solo equipo, juntando la unión, la fuerza y la disciplina, tal y como lo hace el Ejército mexicano. Se tomaron dos fotos especiales, una posando en un tanque de guerra y con 200 militares alrededor, y una muy emotiva, donde se formó una estrella gigante de color verde militar y en medio los jugadores campeones del futbol mexicano”, dice el boletín del equipo de las chivas.

Y expresó Vergara: “La foto me encantó. Cumplimos un propósito que era la de agradecer al Ejército por todo lo que hacen por México y que tenemos en común que somos puros mexicanos y por supuesto exitosos.”

El mismo propietario del equipo de futbol mandó publicar desplegados en los diarios una “promesa de mexicanos a mexicanos”, dirigida al general de brigada Amado Enésimo Flores Morales, comandante de la XV Zona Militar, acompañada de una fotografía, en la que soldados forman una estrella, en medio de la cual se ubican los jugadores de chivas:

“Gracias por haber compartido con usted y los integrantes del heroico Ejército nacional a su cargo, la foto oficial de nuestro equipo. Prometemos, en honor a la patriótica misión que desempeñan (sic) incansablemente a través de la protección civil, solidaridad internacional (resic), socorro en desastres naturales, conservación del medio ambiente y trabajo social, que la próxima estrella que ya empieza a iluminarnos será para ustedes.”

Más allá de la empalagosa palabrería de Vergara, solapada por Calderón y el secretario de la Defensa Nacional, Guillermo Galván, esta grosera mezcla de jugadores de futbol y soldados es una violación clara a la Constitución y de la Ley Orgánica del Ejército y la Fuerza Aérea mexicanos.

Calderón y su secretario de la Defensa Nacional sólo pueden hacer lo que la Constitución y las leyes los facultan y no lo que se le venga en gana, y en ninguna parte de las disposiciones los autoriza para que los elementos castrenses sean utilizados como actores y escenografía de negocios particulares, salvo que se quiere hacer pasar esa utilización como “acción cívica”.

En las Fuerzas Armadas haya oficiales dignos que, sin duda, deberán manifestar su repudio a una conducta que, en vez de enaltecerla, envilece a la institución armada. La disciplina, valor que priva en las filas del Ejército, no es atenuante ante la arbitrariedad y la frivolidad civil.

Apuntes

Ya se ha acreditado aquí, en varias ocasiones, que Calderón no es lo que dijo ser, y en una de las materias en las que se exhibe a plenitud es en la transparencia, que debe actuar conforme a la ley. Cualquier que quiera saber, por ejemplo, quiénes forman parte de la nueva alta burocracia en el portal de Internet de la Presidencia de la República no puede hacerlo, en contra de lo que dispone la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental. A mes y medio del inicio del desgobierno, hay un aviso: “Agradecemos su comprensión y le comunicamos que en breve culminaremos con este proceso, por lo que nuevamente (sic) podrá consultar la información de su interés.” Pero la ley es la ley, mientras todos lo productos de consumo --tortillas incluidas-- siguen subiendo de precio y Calderón anuncia su más reciente puntada: Creación de empleo por decreto…

delgado@proceso.com.mx



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