miércoles, 15 de octubre de 2008

Discurso del presidente legítimo de México, Andrés Manuel López Obrador


Durante la asamblea informativa extraordinaria del Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo, en el Hemiciclo a Juárez


Amigas y amigos:


Les agradezco su presencia en esta asamblea informativa que convocamos con apenas dos días de anticipación, porque así lo ameritan las circunstancias.

Como todos sabemos, estamos viviendo tiempos de crisis económica, inseguridad e incertidumbre. Esta decadencia, como lo hemos dicho en otras ocasiones, no es producto ni de la fatalidad, ni del destino, sino el resultado de la política de pillaje que han venido imponiendo los potentados.

No olvidemos que desde hace 25 años, un grupo de delincuentes de cuello blanco se apoderó del gobierno, se ha venido apropiando de los bienes del pueblo y de la Nación, y ha destinado el presupuesto público para el beneficio de unos cuantos.

Es evidente, también, que este grupo ha sido el principal obstáculo para la democratización de nuestro país. Ellos fueron los autores intelectuales del fraude electoral en las elecciones presidenciales de 2006. No olvidemos que esta mafia integrada por banqueros, especuladores,
traficantes de influencia y políticos corruptos, que cada vez están más identificados, echó a andar una campaña sucia en contra nuestra, con la complicidad de la mayoría de los medios de comunicación. Y cuando advirtieron que ni así nos ganarían, apostaron al fraude electoral y de plano nos robaron la presidencia de la República.

Por nuestra parte, a pesar de la tristeza de millones de mexicanos que tenían fincadas sus esperanzas en un verdadero cambio, decidimos poner por delante nuestras convicciones y continuar luchando por la dignidad, la justicia, la soberanía, la libertad y la auténtica democracia.

De manera sencilla, pero profunda, desde hace dos años definimos que nuestro movimiento iba a defender al pueblo, al patrimonio nacional y que íbamos a trabajar, desde abajo y con la gente, en la construcción de una nueva República para establecer una nueva economía, una nueva forma de hacer política y una nueva convivencia social, más justa, más humana y más igualitaria.

También definimos con mucha claridad que no caeríamos en la trampa de la violencia, que nuestro movimiento es pacifico y que así vamos a transformar la vida pública del país, porque tenemos la razón y contamos con la participación y el respaldo, como nunca se había visto en la historia de de México, de millones de mujeres y hombres libres y concientes.

En nuestra actuación política siempre hemos sido responsables, poniendo incluso por encima de nuestros legítimos intereses personales o de grupo, el interés del pueblo y de la Nación. Una prueba de ello, es que desde hace 14 meses advertimos sobre los efectos que tendría la crisis económica de Estados Unidos en nuestro país. Hoy, desgraciadamente, se están cumpliendo esas predicciones. El 22 de agosto de 2007, en una carta a la opinión pública, además de explicar puntualmente cómo se estaba gestando la crisis en Estados Unidos, hicimos recomendaciones y exhortamos a los encargados del manejo de la política económica, a que tomaran medidas para proteger al pueblo y a los sectores productivos del país.

No obstante, se desatendieron nuestras advertencias. Al grado que Calderón hace apenas 20 días, expresaba, de manera vulgar, que si en Estados Unidos les daba pulmonía, aquí apenas nos provocaría una gripe.

El domingo 28 de septiembre, en el zócalo de la ciudad de México, propuse un plan anticrisis destinado a fortalecer nuestra producción interna, reducir el déficit comercial, evitar el desempleo y un mayor empobrecimiento.

Concretamente, recomendé al Congreso que, entre otras medidas, se debían cancelar los aumentos de precios de la gasolina, el diesel y la electricidad; aumentar el presupuesto destinado al campo, estableciendo precios de garantía y subsidios a los fertilizantes y a otros insumos; construir tres refinerías para dejar de comprar las gasolinas en el extranjero; llevar a cabo un programa de construcción de obras públicas, para reactivar la economía y generar empleos; así mismo propuse que se otorgaran becas a todos los estudiantes de preparatoria del país; que se aumentara el presupuesto a todas la universidades públicas, que se entregaran pensiones alimentarias a todos los adultos mayores del país; y sus ahorros a los exbraceros y que se cancelara la llamada Alianza Educativa, que agrede al sector magisterial.

Diez días después, el miércoles 8 de octubre por la mañana, volvimos a insistir en el plan anticrisis, inclusive, di a conocer cómo podrían ahorrarse 200 mil millones de pesos del presupuesto, si se suprimían o se reducían partidas destinadas a mantener los privilegios de los altos funcionarios públicos. Y que ese dinero se destinara a impulsar actividades productivas y en auxilio del pueblo pobre y desposeído.

Fue hasta ese día, por la noche que Calderón por fin reaccionó y dio a conocer un programa para el crecimiento y el empleo, al mismo tiempo que tomaban la decisión de utilizar las reservas del Banco de México para, supuestamente, detener la devaluación del peso, lo cuál no fue mas que un rescate encubierto a los potentados de siempre, que mediante la especulación, auspiciada y tolerada desde arriba, se han devorado, en un abrir y cerrar de ojos, 9 mil millones de dólares, que significan más del 10 por ciento de nuestras reservas.

Ante ello, exigimos que se investigue y castigue a los responsables, no sólo a los especuladores sino a los funcionarios que tomaron esta decisión. Desde ahora les puedo asegurar que en todo este enjuague están metidos los mismos que le dieron dinero y ayudaron a Calderón para hacer el fraude electoral.

En cuanto al plan de crecimiento y empleo, convendría hacer la pregunta: ¿por qué hasta ahora?, ¿qué estuvo haciendo Calderón en todo este tiempo? Lo cierto es que se han perdido casi dos años. No se ha rescatado el campo para lograr la autosuficiencia alimentaria y aumentó la importación de gasolinas y otros petrolíferos que deberíamos estar produciendo en el país; y mientras es público y notorio el inmovilismo del gobierno usurpador, están quebrando pequeñas y medianas empresas, la industria de la construcción está paralizada, las ventas del comercio siguen cayendo y crece el desempleo y la pobreza. Y lo peor es que se dejó pasar la oportunidad de aprovechar los precios altos del petróleo, que difícilmente se volverá a presentar y la mayor parte de los excedentes se ha derrochado para mantener los privilegios de la alta burocracia.

Sin embargo, en el programa de Calderón hay un anuncio significativo: dio a conocer que se construirá una nueva refinería; es decir, después de que envió sus iniciativas para privatizar la refinación del petróleo y luego de tanto engaño en el sentido de que no había dinero y que hasta lo prohibía el actual marco legal, como se decía en un comercial del gobierno en la televisión. Ahora de pronto apareció el dinero y quedó demostrado que no la construía por el compromiso con empresarios nacionales y extranjeros para entregarles el jugoso negocio de la refinación del petróleo.

Pero en fin, este anuncio, amigas y amigos, significa que ya no se podrá privatizar cuando menos la refinación del petróleo. Y eso es un triunfo de este movimiento, de todas y todos ustedes, defensores del petróleo.

Aunque todavía está por verse si construye la refinería, porque Calderón no ha sido capaz ni de pegar un ladrillo, y han demostrado ser una bola de inútiles. Recordemos que hace cuatro años, Fox hizo un anuncio similar: se comprometió ante mandatarios de Centroamérica de construir una refinería y todavía lo están esperando.

Amigas y amigos:

Convocamos a esta asamblea porque están elaborándose los dictámenes en el Senado para la llamada reforma energética y necesitamos estar informados y atentos. Como aquí lo ha explicado el senador Pablo Gómez, legisladores del Frente Amplio Progresista están defendiendo nuestra postura que se resume en tres criterios básicos: No aceptar nada que viole la Constitución, no permitir la privatización en ninguna de sus modalidades, y no ser cómplices de la corrupción en Pemex.

Hemos tomado la decisión de impulsar, sobre todo, la propuesta elaborada por técnicos, expertos e intelectuales para fortalecer a Pemex sin entregar la renta petrolera a particulares, nacionales y extranjeros.

De manera específica nos oponemos a lo siguiente:

1. No aceptamos la creación de filiales de Pemex, como lo propone la cúpula del PRI. Ello significaría reafirmar la política de Salinas que, para privatizarla, en 1992 la dividió en cuatro empresas, cuando en realidad lo que se necesita es integrar a Pemex para utilizar toda su cadena de valor y convertirla en palanca del desarrollo nacional. La propuesta de filiales es una especie de reparto del botín para consolidar los acuerdos entre el PRI y el PAN.

2. No permitiremos los contratos-riesgo, ni abiertos ni con disfraces. Es decir, los contratos incentivados propuestos por el PAN, ni los llamados contratos de éxito que pretende el PRI.

3. No estamos de acuerdo en que en el nuevo régimen de excepción administrativo que proponen el PRI y el PAN, se dé manga ancha para la asignación de obras, adquisiciones y servicios, mediante el procedimiento de invitación restringida o asignación directa de contratos. Sería grotesco que, con toda la corrupción que opera en Pemex, todavía se siguiera fomentando el contratismo en beneficio de empresas y de funcionarios deshonestos.

4. No aceptaremos que se asignen a compañías nacionales o extranjeras, bloques o áreas del territorio o de las aguas nacionales para la exploración y perforación de pozos petroleros.

5. Estamos en contra, como lo proponen el PRI y el PAN, de que Pemex compre fianzas y seguros para darle impunidad a los consejeros y a su director, por los daños que causen a la empresa o al patrimonio de la Nación. Con ello se estaría legalizando descaradamente la corrupción y la impunidad.

6. Rechazamos tajantemente que Pemex se someta a la decisión de tribunales internacionales, porque se estaría permitiendo la violación de nuestra soberanía.

Hay desde luego otros temas que tenemos que cuidar, sin embargo, estos son los que considero fundamentales.


Amigas y amigos:

Estamos a punto de resolver esta controversia tan importante para el presente y el futuro de la Nación. Sé muy bien de que no es un asunto fácil, son muchos y muy poderosos los intereses en juego. Conozco el tamaño de la ambición de quienes buscan desesperadamente la privatización del petróleo.

Por ejemplo, tengo información de que Claudio X. González, presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, estrechamente vinculado a Carlos Salinas, y quien fue uno de los principales promotores de la guerra sucia durante la campaña y del fraude electoral, está actuando y convenciendo a Manlio Fabio Beltrones, a Enrique Peña Nieto, a Francisco Labastida, a Emilio Gamboa y a Beatriz Paredes, para terminar de amarrar la alianza con Calderón y llevar a cabo la privatización del petróleo.

¿Y por qué creen ustedes que Claudio X. González está haciendo esta labor de cabildeo? ¿Es que realmente le interesa fortalecer y modernizar a Pemex? ¿O acaso es sólo su ideología de derecha? No, es por su voracidad y codicia. Este personaje tiene intereses en el sector energético, concretamente está haciendo jugosos negocios en la Comisión Federal de Electricidad, a la que él, junto con otros salinistas y empresas extranjeras, han llevado a la ruina, y ahora pretenden hacer lo mismo con la industria petrolera que también es del pueblo y de la Nación.

Pero también estoy convencido de que estos intereses creados no pueden estar por encima del interés nacional y que afortunadamente existe este movimiento que representa el decoro y la dignidad de nuestro pueblo.

Amigas y amigos:

Estemos atentos porque en cualquier momento iniciaremos las acciones de resistencia civil pacífica en defensa del petróleo.

Desde aquí les pido respetuosamente a los legisladores de los tres partidos del Frente Amplio Progresista, que una vez que se conozca el contenido en definitiva de los dictámenes en materia energética, y si van orientados a privatizar la industria petrolera, que de inmediato ellos comiencen las protestas al interior de las cámaras, que nosotros los apoyaremos, al mismo tiempo, llamando a la movilización ciudadana.

Por eso, he decidido suspender mis giras por los municipios del país. Voy a permanecer al pendiente en la Ciudad de México. Además, voy a estar informando diariamente al pueblo de México no sólo sobre este asunto, sino de las acciones que deben tomarse para atender con urgencia los problemas causados por la crisis financiera, la devaluación, el desempleo, la carestía, y orientando y ayudando, en la medida de nuestras posibilidades, a la gente que padece por todas estas calamidades.

De manera particular, les pido a los brigadistas de todo el país que informen y organicen a sus grupos, y que estén atentos a cualquier llamado para movilizarnos y llevar a cabo acciones de resistencia civil pacífica.

Ahora más que nunca es indispensable defender el petróleo. Si antes lo hicimos, con más razón en estos momentos de crisis, tengamos presente que con nuestro pueblo y con el petróleo bajo dominio de la Nación podemos salvar a México.

¡Viva la resistencia civil pacífica!
¡Viva la dignidad del pueblo!
¡Viva México!
¡Viva México!
¡Viva México!

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