martes, 28 de agosto de 2007

Risas y pataletas

Ayer el presidente usurpador llegó corriendo a Palacio Nacional. No entró por la puerta Mariana, como es la costumbre y frente a la cual la resistencia civil pacífica se aposta para recibirlo entre gritos de "¡Obrador, Obrador!" y recordándole su caracter de espurio. Ahora, el convoy del usurpador precedido por tres motociclistas, arribó presuroso entre el tráfico a las 9:03 por la puerta central para su cita de las nueve de la mañana, en la entrega del Premio Nacional de la Juventud. El coordinador del Estado Mayor Presidencial se mostraba satisfecho, mientras que su acompañante reía al tiempo que observaba la implementación del operativo:






Las alambradas, cercas y vallas con las que la presidencia espuria decora su paso por el Palacio Nacional y calles cercanas habían dejado a la resistencia afuera, lo que hacía que el coordinador del operativo se mofara.


En eso estaban cuando Gerardo Fernández Noroña apareció conduciendo una camioneta intentando llegar a las puertas del Palacio Nacional. Como "moscas al pastel" una decena de elementos del EMP rodearon el vehículo, mientras que otra persona le impedía físicamente abrir la puerta de la unidad. La cara del coordinador del operativo cambió a partir de ese instante. La camioneta se alejó y repitió la acción varias veces más. Una grúa del GDF intentó remolcarla, pero hábilmente Fernández Noroña maniobró para evitarlo y retirarse.






Desde la primera aparición de Noroña, los soldados disfrazados de "Marines" que se ocultan entre las almenas de Palacio Nacional, decenas de elementos vestidos de negro que cuales hormigas brotaban de las escaleras que conducen a las estaciones del Metro, cerradas por el operativo del EMP y elementos vestidos de civil, de corbata y trajecito, corrían de un lado para otro mientras que el otrora sonriente y burlón coordinador daba órdenes que nadie acaban de comprender del todo. Finalmente exasperado gritó señalando la avenida 20 de Noviembre ordenando que fuera cerrada a la circulación, dirigiendo el torrente de automóviles hacia 16 de septiembre y, pasando frente a Madero, llegar a Cinco de Mayo y Tacuba.




Minutos después el presidente espurio apareció sentado en el asiento delantero de una camioneta color obscuro a la que distinguía una bandera mexicana. La resistencia civil pacífica, previamente instalada frente a él ya se había colocado con pendones de AMLO y le gritó en su cara una vez más "¡Es un honor estar con Obrador!". El pelele observó y se alejó mientras se despedía con su gesto característico que le ha hecho ganar el título de "reina de la primavera".


Al final, demostrando que el presidente usurpador sí ha dado trabajo a muchos, los miembros del EMP se pasaron un buen rato desmontando y arrastrando todas las rejas, vallas y alambradas.



Mientras, frente al balcón presidencial, justo del otro lado del zócalo capitalino un águila republicana era acabada de instalar por trabajadores del GDF.

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