Ciudad de México, 20 de febrero de 2008
Servicio informativo núm. 357
Sumario:
I. Política pública descuadrada, por Rogelio Ramírez de la O
II. La crisis en vivienda se agrava en México, por Laura Itzel Castillo
III. La renuncia de Fidel, por Frei Betto
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POLÍTICA PÚBLICA DESCUADRADA
por Rogelio Ramírez de la O
(publicado en El Universal el 20 de febrero de 2008)
Frente a una situación internacional crecientemente complicada por la parálisis parcial de los mercados de crédito en Estados Unidos y capital insuficiente de los bancos, la estrategia del gobierno mexicano, consistente en medidas convencionales equivocadas o de poco alcance y reformas “estructurales” provenientes de una agenda 20 años vieja, resultará inadecuada y podría ser una fuente de gran desánimo para el gobierno mismo y sobre todo para el sector privado.
En EU será imposible una recuperación en forma de “V” (es decir, un repunte fuerte después de una caída), pues tomará años restablecer el crédito y reconstruir el capital de los bancos.
En México el gobierno ya reconoce que habrá menor crecimiento y por ello su reducida estimación de crecimiento del PIB de 3.7% a 2.8%. Aún esta tasa es demasiado alta, pero lo más frustrante es que sus prioridades siguen siendo las mismas: aplicar el IETU, gastar un poco más en infraestructura y programas sociales, proponer una reforma energética y asegurarse de que los medios sigan presentando la situación nacional como positiva.
La realidad es muy diferente y rebasa los alcances de las varias medidas tomadas o anunciadas, algunas de ellas mal llamadas “reformas”. Hoy las quiebras de las hipotecas estadounidenses y sus ligas con instrumentos financieros estructurados han contaminado a otros mercados, los cuales explican la mitad del crédito que hasta antes de la crisis se otorgaba en EU. Así, un mercado financiero eficiente, capaz de asignar crédito a sectores esenciales para la inversión y el crecimiento está prácticamente cerrado. En entredicho y riesgo quedan emisiones de papel estructurado que respaldan hipotecas, créditos de automóviles, tarjetas de crédito, papel comercial, bienes raíces comerciales y deuda de empresas.
Una implicación es que la gran mayoría de bancos tendrán deficiencias de capital que les tomará años reconstruir. Mientras no lo hagan, faltará crédito a la economía global y el crecimiento será menor.
Las menores tasas de interés en EU, la gran devolución de impuestos de 168 mil millones de dólares y el congelamiento de tasas de algunas hipotecas alivian a los deudores. Pero no han evitado que el crédito desaparezca de varios mercados.
Al irse reconociendo, las pérdidas que aún están por materializarse serán como piezas de dominó cayendo y dañando aún más la confianza. Estos choques obligarán a la Reserva Federal a reducir más el interés. Como su tasa ya bajó a 3%, pronto no habrá mucho más que bajar.
Todos los países serán afectados, pero México más que ningún otro. Lo poco conocido, sin embargo, es que el ajuste que requiere hacer EU es tan grande que sólo es posible si lo reparte mediante bajo crecimiento en su ingreso y su consumo a lo largo de varios años, quizá hasta 2010. Y en condiciones tan frágiles, la economía quedará muy expuesta a cualquier sorpresa negativa que la haría empeorar.
Y las sorpresas negativas pueden ser muy malas en el terreno social y político. Para comenzar, harán que EU se concentre en sus problemas internos y no en la cooperación internacional. Crecerán las tensiones comerciales, el proteccionismo y el resentimiento hacia extranjeros que compran bancos estadounidenses. Los emigrantes mexicanos son el primer blanco de ataques de quienes los ven como un problema y, en partes del sur estadounidense, como enemigos.
Por eso la agenda de políticas del gobierno mexicano, tan convencionales como son, resulta inadecuada para un cambio tan radical en el ambiente global. Aún es tiempo, si el gobierno quisiera reconectarse con los problemas reales, para atender cuando menos cuatro frentes.
Uno es el menor crecimiento mundial y los sentimientos proteccionistas en EU, cuando aquí su agenda y retórica siguen siendo de más libre comercio, más acuerdos con países que facilitan sus exportaciones a México y más impuestos a las empresas. El segundo es la falta de competitividad de la economía, en especial por los precios de los energéticos y los dogmas que imperan para fijarlos. Aquí debe entenderse que sin insumos competitivos no habrá capacidad para crecer y crear empleo.
El tercer frente es el empeoramiento de las condiciones sociales, la menor oportunidad de empleo y la pérdida de ingresos, especialmente si muchos emigrantes tienen que regresar a México. Aquí debe entenderse que lo que se requiere es crecimiento y menos barreras burocráticas y no programas sociales electorales. El cuarto frente son los precios de los monopolios y su dominio en mercados que castiga los negocios competitivos.
Atender estos frentes sería mucho más efectivo que una agenda grandiosa de reformas de cuestionable viabilidad.
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LA CRISIS EN VIVIENDA SE AGRAVA EN MÉXICO
por Laura Itzel Castillo
(publicado en El Gráfico el 20 de febrero de 2008)
México lleva 25 años siendo el laboratorio de las medidas económicas del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial. A pesar de que la derecha ha insistido hasta el cansancio sobre sus beneficios, los lamentables resultados están a la vista.
40% del PIB de México depende de Estados Unidos. Por esto, no son nada alentadoras las expectativas que tenemos. Recientemente, en esa nación se produjo lo que se llama rompimiento de la burbuja hipotecaria. Es decir, una crisis que afecta al sector inmobiliario y bancario provocada por un diseño financiero irresponsable que otorga créditos hipotecarios de riesgo, los denominados subprime. Actualmente, el problema tiene alcances nacionales graves porque el sector inmobiliario ocupa el cuarto lugar como palanca de la economía norteamericana, según el reconocido economista James Galbraith.
No obstante, Felipe Calderón se ufana de la “sólida estabilidad económica del país” y dice estar preparado para superar el problema, para lo cual según él “estamos poniendo motores a la economía”.
En el mismo tenor Carlos Gutiérrez, director general de la Conavi, anunció que no habrá repercusiones de la crisis hipotecaria de EU en nuestro país, ya que “el sector de la vivienda es un buen pivote para mantener el crecimiento y el desarrollo económico”, y que debido a que 80% del ejercicio hipotecario se realiza a través de los organismos públicos, es decir Infonavit, FOVISSSTE y Fonhapo, está garantizado el pago de los créditos, ya que se adquieren a partir de la capacidad económica de los trabajadores.
Se pasa por alto que los créditos de estas instituciones se aplican a través de la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF) y las Sociedades Hipotecarias de Objeto Limitado (Sofoles), donde las tasas de interés llegan a 23% anual; es decir, más elevadas que las bancarias, que andan alrededor de 13 por ciento.
Además, el Índice Habita, formado por las empresas del sector que cotizan en la BMV, cayó a fin de enero dramáticamente: en dos días GEO perdió 9%; SARE, 7.6%, y URBI y ARA 7%. Por si fuera poco, Banxico dijo que la morosidad de quienes obtuvieron un crédito bancario para vivienda de interés social, media y residencial, llegó a fines de 2007 a 6 mil 600 millones de pesos, 55% más que la de 2006.
También olvidan que la tasa de desempleo nacional fue de 3.8% a diciembre de 2007, y que la cartera vencida del Infonavit ascendió a 115 mil créditos, lo que diario genera cientos de desalojos extrajudiciales contra familias enteras donde se violan derechos humanos. ¿A eso se debe entonces su optimismo?
----------------LA RENUNCIA DE FIDEL
por Frei Betto
Fidel Castro, de 81 años, renunció a sus funciones de presidente del Consejo de Estado de Cuba y de Comandante en Jefe de la Revolución. Dedicado a cuidar su salud, prefiere mantenerse fuera de las actividades de gobierno y participar en el debate público —que siempre le encantó— a través de sus artículos en los medios. Permanece, sin embargo, como miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba.
El próximo domingo día 24 Raúl Castro, de 77 años, será elegido, por los nuevos diputados de la Asamblea Nacional, para ocupar las funciones de primer mandatario de Cuba.
Es la segunda vez que Fidel renuncia al poder. La primera fue en julio de 1959, siete meses después de la victoria de la Revolución. Elegido primer ministro, chocó con el presidente Manuel Urrutia, que consideró muy radicales las leyes revolucionarias, como la de reforma agraria, promulgadas por el consejo de ministros. Para evitar un golpe de estado, el líder cubano prefirió renunciar. El pueblo salió a las calles apoyándole. Presionado por las manifestaciones, Urrutia no tuvo otra alternativa que dejar el poder. La presidencia fue ocupada por Oswaldo Dorticós, y Fidel volvió a la función de primer ministro.
Estuve en Cuba en enero de este año, para participar en el Encuentro Internacional sobre el Equilibrio del Mundo, a la luz del 155º aniversario del nacimiento de José Martí, figura paradigmática del país. Regresé a mediados de febrero para otra reunión internacional, el Congreso Universiade 2008, en el que participaron varios rectores de universidades brasileñas.
En ambas ocasiones me encontré con Raúl Castro y otros ministros cubanos. Me reuní también con la dirección de la FEU (Federación Estudiantil Universitaria); con estudiantes de la universidad de Ciencias Informáticas; con profesores de nivel básico y medio; y con educadores populares.
Se engaña quien crea que la renuncia de Fidel significa el comienzo del fin del socialismo en Cuba. No hay ningún síntoma de que sectores significativos de la sociedad cubana aspiren a que regrese el capitalismo. Ni siquiera los obispos de la Iglesia católica. Con excepción de unos pocos, a quienes no les importaría que el futuro de Cuba fuese equivalente al presente de Honduras, Guatemala o Nicaragua. Además, ninguno de los que salieron del país continuó la defensa de los derechos humanos al insertarse en el mundo encantado del consumismo.
Cuba no es reacia a los cambios. El mismo Raúl Castro desencadenó un proceso interno de críticas a la Revolución a través de las organizaciones de masas y de los sectores profesionales. Son más de un millón de sugerencias las analizadas por el gobierno. Los cubanos saben que las dificultades son enormes, pues viven en una cuádruple isla: geográfica, única nación socialista de Occidente, desprovista del apoyo que le daba la Unión Soviética y bloqueada hace más de 40 años por el gobierno de los EE.UU.
A pesar de todo ello el país mereció elogios del papa Juan Pablo II con ocasión de su visita en 1998. En el IDH 2007 de la ONU el Brasil se alegró de figurar en el puesto 70. Los primeros setenta países son considerados los mejores en calidad de vida. Cuba, donde no se paga nada por el derecho universal a la salud y educación, figura en el puesto 51.
El país presenta una tasa de alfabetización de 99.8%; cuenta con 70 594 médicos para una población de 11.2 millones (1 médico por cada 160 habitantes); un índice de mortalidad infantil de 5.3 por cada mil nacidos vivos (en los EE.UU. son 7, y en Brasil 27); 800 mil diplomados en 67 universidades, en las que ingresan cada año 606 mil estudiantes.
Hoy día Cuba mantiene médicos y profesores trabajando en más de 100 países, incluido Brasil, y promueve en toda América Latina la “Operación Milagro”, para curar gratuitamente enfermedades de los ojos, y la campaña de alfabetización “Yo sí puedo”, con resultados que convencieron al presidente Lula a adoptar el método en el Brasil.
Habrá, sí, cambios en Cuba cuando cese el bloqueo de los EE.UU.; cuando sean liberados los cinco cubanos presos injustamente en la Florida por luchar contra el terrorismo; y si la base naval de Guantánamo, utilizada ahora como cárcel clandestina —símbolo mundial del irrespeto a los derechos humanos y civiles— de supuestos terroristas fuera devuelta.
No esperemos, sin embargo, que Cuba quite de las entradas a La Habana dos carteles que nos avergüenzan a nosotros los latinoamericanos, que vivimos en islas de opulencia rodeadas de miseria por todos lados: “Cada año 80 mil niños mueren víctimas de enfermedades evitables, Ninguno de ellos es cubano”. “Esta noche 200 millones de niños dormirán en las calles del mundo. Ninguno es cubano”. (Traducción de J.L.Burguet)
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Servicio informativo núm. 357
Sumario:
I. Política pública descuadrada, por Rogelio Ramírez de la O
II. La crisis en vivienda se agrava en México, por Laura Itzel Castillo
III. La renuncia de Fidel, por Frei Betto
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POLÍTICA PÚBLICA DESCUADRADA
por Rogelio Ramírez de la O
(publicado en El Universal el 20 de febrero de 2008)
Frente a una situación internacional crecientemente complicada por la parálisis parcial de los mercados de crédito en Estados Unidos y capital insuficiente de los bancos, la estrategia del gobierno mexicano, consistente en medidas convencionales equivocadas o de poco alcance y reformas “estructurales” provenientes de una agenda 20 años vieja, resultará inadecuada y podría ser una fuente de gran desánimo para el gobierno mismo y sobre todo para el sector privado.
En EU será imposible una recuperación en forma de “V” (es decir, un repunte fuerte después de una caída), pues tomará años restablecer el crédito y reconstruir el capital de los bancos.
En México el gobierno ya reconoce que habrá menor crecimiento y por ello su reducida estimación de crecimiento del PIB de 3.7% a 2.8%. Aún esta tasa es demasiado alta, pero lo más frustrante es que sus prioridades siguen siendo las mismas: aplicar el IETU, gastar un poco más en infraestructura y programas sociales, proponer una reforma energética y asegurarse de que los medios sigan presentando la situación nacional como positiva.
La realidad es muy diferente y rebasa los alcances de las varias medidas tomadas o anunciadas, algunas de ellas mal llamadas “reformas”. Hoy las quiebras de las hipotecas estadounidenses y sus ligas con instrumentos financieros estructurados han contaminado a otros mercados, los cuales explican la mitad del crédito que hasta antes de la crisis se otorgaba en EU. Así, un mercado financiero eficiente, capaz de asignar crédito a sectores esenciales para la inversión y el crecimiento está prácticamente cerrado. En entredicho y riesgo quedan emisiones de papel estructurado que respaldan hipotecas, créditos de automóviles, tarjetas de crédito, papel comercial, bienes raíces comerciales y deuda de empresas.
Una implicación es que la gran mayoría de bancos tendrán deficiencias de capital que les tomará años reconstruir. Mientras no lo hagan, faltará crédito a la economía global y el crecimiento será menor.
Las menores tasas de interés en EU, la gran devolución de impuestos de 168 mil millones de dólares y el congelamiento de tasas de algunas hipotecas alivian a los deudores. Pero no han evitado que el crédito desaparezca de varios mercados.
Al irse reconociendo, las pérdidas que aún están por materializarse serán como piezas de dominó cayendo y dañando aún más la confianza. Estos choques obligarán a la Reserva Federal a reducir más el interés. Como su tasa ya bajó a 3%, pronto no habrá mucho más que bajar.
Todos los países serán afectados, pero México más que ningún otro. Lo poco conocido, sin embargo, es que el ajuste que requiere hacer EU es tan grande que sólo es posible si lo reparte mediante bajo crecimiento en su ingreso y su consumo a lo largo de varios años, quizá hasta 2010. Y en condiciones tan frágiles, la economía quedará muy expuesta a cualquier sorpresa negativa que la haría empeorar.
Y las sorpresas negativas pueden ser muy malas en el terreno social y político. Para comenzar, harán que EU se concentre en sus problemas internos y no en la cooperación internacional. Crecerán las tensiones comerciales, el proteccionismo y el resentimiento hacia extranjeros que compran bancos estadounidenses. Los emigrantes mexicanos son el primer blanco de ataques de quienes los ven como un problema y, en partes del sur estadounidense, como enemigos.
Por eso la agenda de políticas del gobierno mexicano, tan convencionales como son, resulta inadecuada para un cambio tan radical en el ambiente global. Aún es tiempo, si el gobierno quisiera reconectarse con los problemas reales, para atender cuando menos cuatro frentes.
Uno es el menor crecimiento mundial y los sentimientos proteccionistas en EU, cuando aquí su agenda y retórica siguen siendo de más libre comercio, más acuerdos con países que facilitan sus exportaciones a México y más impuestos a las empresas. El segundo es la falta de competitividad de la economía, en especial por los precios de los energéticos y los dogmas que imperan para fijarlos. Aquí debe entenderse que sin insumos competitivos no habrá capacidad para crecer y crear empleo.
El tercer frente es el empeoramiento de las condiciones sociales, la menor oportunidad de empleo y la pérdida de ingresos, especialmente si muchos emigrantes tienen que regresar a México. Aquí debe entenderse que lo que se requiere es crecimiento y menos barreras burocráticas y no programas sociales electorales. El cuarto frente son los precios de los monopolios y su dominio en mercados que castiga los negocios competitivos.
Atender estos frentes sería mucho más efectivo que una agenda grandiosa de reformas de cuestionable viabilidad.
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LA CRISIS EN VIVIENDA SE AGRAVA EN MÉXICO
por Laura Itzel Castillo
(publicado en El Gráfico el 20 de febrero de 2008)
México lleva 25 años siendo el laboratorio de las medidas económicas del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial. A pesar de que la derecha ha insistido hasta el cansancio sobre sus beneficios, los lamentables resultados están a la vista.
40% del PIB de México depende de Estados Unidos. Por esto, no son nada alentadoras las expectativas que tenemos. Recientemente, en esa nación se produjo lo que se llama rompimiento de la burbuja hipotecaria. Es decir, una crisis que afecta al sector inmobiliario y bancario provocada por un diseño financiero irresponsable que otorga créditos hipotecarios de riesgo, los denominados subprime. Actualmente, el problema tiene alcances nacionales graves porque el sector inmobiliario ocupa el cuarto lugar como palanca de la economía norteamericana, según el reconocido economista James Galbraith.
No obstante, Felipe Calderón se ufana de la “sólida estabilidad económica del país” y dice estar preparado para superar el problema, para lo cual según él “estamos poniendo motores a la economía”.
En el mismo tenor Carlos Gutiérrez, director general de la Conavi, anunció que no habrá repercusiones de la crisis hipotecaria de EU en nuestro país, ya que “el sector de la vivienda es un buen pivote para mantener el crecimiento y el desarrollo económico”, y que debido a que 80% del ejercicio hipotecario se realiza a través de los organismos públicos, es decir Infonavit, FOVISSSTE y Fonhapo, está garantizado el pago de los créditos, ya que se adquieren a partir de la capacidad económica de los trabajadores.
Se pasa por alto que los créditos de estas instituciones se aplican a través de la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF) y las Sociedades Hipotecarias de Objeto Limitado (Sofoles), donde las tasas de interés llegan a 23% anual; es decir, más elevadas que las bancarias, que andan alrededor de 13 por ciento.
Además, el Índice Habita, formado por las empresas del sector que cotizan en la BMV, cayó a fin de enero dramáticamente: en dos días GEO perdió 9%; SARE, 7.6%, y URBI y ARA 7%. Por si fuera poco, Banxico dijo que la morosidad de quienes obtuvieron un crédito bancario para vivienda de interés social, media y residencial, llegó a fines de 2007 a 6 mil 600 millones de pesos, 55% más que la de 2006.
También olvidan que la tasa de desempleo nacional fue de 3.8% a diciembre de 2007, y que la cartera vencida del Infonavit ascendió a 115 mil créditos, lo que diario genera cientos de desalojos extrajudiciales contra familias enteras donde se violan derechos humanos. ¿A eso se debe entonces su optimismo?
----------------LA RENUNCIA DE FIDEL
por Frei Betto
Fidel Castro, de 81 años, renunció a sus funciones de presidente del Consejo de Estado de Cuba y de Comandante en Jefe de la Revolución. Dedicado a cuidar su salud, prefiere mantenerse fuera de las actividades de gobierno y participar en el debate público —que siempre le encantó— a través de sus artículos en los medios. Permanece, sin embargo, como miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba.
El próximo domingo día 24 Raúl Castro, de 77 años, será elegido, por los nuevos diputados de la Asamblea Nacional, para ocupar las funciones de primer mandatario de Cuba.
Es la segunda vez que Fidel renuncia al poder. La primera fue en julio de 1959, siete meses después de la victoria de la Revolución. Elegido primer ministro, chocó con el presidente Manuel Urrutia, que consideró muy radicales las leyes revolucionarias, como la de reforma agraria, promulgadas por el consejo de ministros. Para evitar un golpe de estado, el líder cubano prefirió renunciar. El pueblo salió a las calles apoyándole. Presionado por las manifestaciones, Urrutia no tuvo otra alternativa que dejar el poder. La presidencia fue ocupada por Oswaldo Dorticós, y Fidel volvió a la función de primer ministro.
Estuve en Cuba en enero de este año, para participar en el Encuentro Internacional sobre el Equilibrio del Mundo, a la luz del 155º aniversario del nacimiento de José Martí, figura paradigmática del país. Regresé a mediados de febrero para otra reunión internacional, el Congreso Universiade 2008, en el que participaron varios rectores de universidades brasileñas.
En ambas ocasiones me encontré con Raúl Castro y otros ministros cubanos. Me reuní también con la dirección de la FEU (Federación Estudiantil Universitaria); con estudiantes de la universidad de Ciencias Informáticas; con profesores de nivel básico y medio; y con educadores populares.
Se engaña quien crea que la renuncia de Fidel significa el comienzo del fin del socialismo en Cuba. No hay ningún síntoma de que sectores significativos de la sociedad cubana aspiren a que regrese el capitalismo. Ni siquiera los obispos de la Iglesia católica. Con excepción de unos pocos, a quienes no les importaría que el futuro de Cuba fuese equivalente al presente de Honduras, Guatemala o Nicaragua. Además, ninguno de los que salieron del país continuó la defensa de los derechos humanos al insertarse en el mundo encantado del consumismo.
Cuba no es reacia a los cambios. El mismo Raúl Castro desencadenó un proceso interno de críticas a la Revolución a través de las organizaciones de masas y de los sectores profesionales. Son más de un millón de sugerencias las analizadas por el gobierno. Los cubanos saben que las dificultades son enormes, pues viven en una cuádruple isla: geográfica, única nación socialista de Occidente, desprovista del apoyo que le daba la Unión Soviética y bloqueada hace más de 40 años por el gobierno de los EE.UU.
A pesar de todo ello el país mereció elogios del papa Juan Pablo II con ocasión de su visita en 1998. En el IDH 2007 de la ONU el Brasil se alegró de figurar en el puesto 70. Los primeros setenta países son considerados los mejores en calidad de vida. Cuba, donde no se paga nada por el derecho universal a la salud y educación, figura en el puesto 51.
El país presenta una tasa de alfabetización de 99.8%; cuenta con 70 594 médicos para una población de 11.2 millones (1 médico por cada 160 habitantes); un índice de mortalidad infantil de 5.3 por cada mil nacidos vivos (en los EE.UU. son 7, y en Brasil 27); 800 mil diplomados en 67 universidades, en las que ingresan cada año 606 mil estudiantes.
Hoy día Cuba mantiene médicos y profesores trabajando en más de 100 países, incluido Brasil, y promueve en toda América Latina la “Operación Milagro”, para curar gratuitamente enfermedades de los ojos, y la campaña de alfabetización “Yo sí puedo”, con resultados que convencieron al presidente Lula a adoptar el método en el Brasil.
Habrá, sí, cambios en Cuba cuando cese el bloqueo de los EE.UU.; cuando sean liberados los cinco cubanos presos injustamente en la Florida por luchar contra el terrorismo; y si la base naval de Guantánamo, utilizada ahora como cárcel clandestina —símbolo mundial del irrespeto a los derechos humanos y civiles— de supuestos terroristas fuera devuelta.
No esperemos, sin embargo, que Cuba quite de las entradas a La Habana dos carteles que nos avergüenzan a nosotros los latinoamericanos, que vivimos en islas de opulencia rodeadas de miseria por todos lados: “Cada año 80 mil niños mueren víctimas de enfermedades evitables, Ninguno de ellos es cubano”. “Esta noche 200 millones de niños dormirán en las calles del mundo. Ninguno es cubano”. (Traducción de J.L.Burguet)
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