jueves, 9 de octubre de 2008

ISA Servicio informativo núm. 537

Ciudad de México, 9 de octubre de 2008
Servicio informativo núm. 537

http://serviciodenoticiasisa.blogspot.com

Sumario:

I. Absurdo, ilógico, demagógico y poco realista el programa para enfrentar la emergencia económica propuesto por Felipe Calderón, declara Mario di Costanzo

II. ¡Alto a la especulación financiera en nuestro país! Declaración del diputado electricista José Antonio Almazán

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ABSURDO, ILÓGICO, DEMAGÓGICO Y POCO REALISTA EL PROGRAMA PARA ENFRENTAR LA EMERGENCIA ECONÓMICA PROPUESTO POR FELIPE CALDERÓN

por Mario di Costanzo, secretario de la Hacienda Pública del gobierno legítimo de México

El programa para impulsar el Crecimiento Económico y el Empleo, anunciado por Felipe Calderón y Agustín Carstens, resulta absurdo, ilógico, demagógico y poco realista, por lo que en nada servirá para palear la crisis de desempleo y deterioro en el nivel de vida de la población y la productividad de las empresas.

Para corroborar lo anterior solo basta señalar lo siguiente:

1. El marco macroeconómico es absolutamente inconsistente

De acuerdo con las nuevas proyecciones realizadas, se estima que la economía mexicana crecerá 1.8% durante el próximo año, y que el precio del petróleo será de 75 dólares por barril. Este nuevo contexto provocará, a decir de la SHCP, que las finanzas públicas dejarán de recibir ingresos por 27 mil 600 millones de pesos. Por lo que, en ausencia de otras medidas, el gasto público tendría que reducirse en la misma magnitud.

Sin embargo, resulta inconsistente en este nuevo escenario que si la economía mexicana va a crecer a casi la mitad de lo que se tenía previsto originalmente (3%) y el precio del petróleo se reduce en 5 dólares, es decir 75 en vez de 80, la pérdida total de ingresos sea de sólo 27 mil 600 millones de pesos.

Hay que tener presente que al crecer menos la economía, la empresas crecen menos, contratan menos personal y por lo tanto se recaudan menos impuestos, por lo que si ahora se estima que las empresas crecerán la mitad de lo que se tenía previsto, y a esto se añade que venderemos nuestro petróleo a un menor precio, la pérdida de ingresos debe ser superior a los 27 mil 600 millones de pesos.

Cabe mencionar que de acuerdo con la propia SHCP, por cada dólar que disminuye el precio del petróleo se dejan de percibir entre 7 y 8 mil millones de pesos, por lo que tan sólo por el menor precio del petróleo, se estarían dejando de ingresar entre 35 mil y 40 mil millones de pesos.

2. Los 90 mil 300 millones de pesos anunciados para el Programa de Infraestructura no son dinero fresco o adicional

La SHCP señala que se ha considerado un “estímulo fiscal” de 90 mil 300 millones que permitirán cubrir el efecto de los menores ingresos sobre el gasto programable (que es de 25 mil 100 millones de pesos) y establecer un programa de gasto en infraestructura por 65 mil 100 millones de pesos, que incluye el inicio de la construcción de una refinería y que los recursos (espacio presupuestario) provendrán de una reforma al esquema de inversión de Pemex, para lo cual se reformará la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria.

Dicha reforma busca “eliminar” el esquema de inversión de Pemex a través de Pidiregas, y convertir esta deuda en deuda presupuestaria de Pemex, para que sea éste el que la tenga que pagar con sus propios recursos; al mismo tiempo, se propone excluir, es decir, que no se cuenten los gastos de inversión en Pemex como un gasto del “presupuesto”.

Esta modificación provocará que el gasto de inversión de Pemex no se tome en cuenta para calcular el déficit público, es decir, que no afecte directamente a la cuenta de “gastos del gobierno” y por lo tanto no afectará el déficit público.

Y es aquí donde está el “truco”, ya que la propuesta de Calderón establece que “como ya no se va a utilizar el esquema de Pidiregas y Pemex va a pagar con sus recursos esta deuda”, ya no es necesario que se le asignen los 78 mil 300 millones de pesos que se proponía asignar el Presupuesto anterior (enviado el 8 de septiembre) para amortizar o pagar estos Pidiregas.

Luego entonces, esos 78 mil 300 millones de pesos que se tenían asignados para Pemex se le quitan (“ya que no los necesitará”) y se destinan al programa de infraestructura.

A estos 78 mil 300 millones de pesos se le añaden 12 mil millones de pesos, que se tomarán de un Fondo para Inversiones de Pemex, que se ha constituido con una pequeñísima parte de los excedentes petroleros, y se “empieza a construir una refinería”.

De tal manera (78 300+12 000=90 300), que quede claro que cuando mucho el dinero “fresco o nuevo” son los 12 000 millones que además ya estaba estipulado desde hace tiempo que eran para Pemex; o sea, le quitan 78 mil 300 y a cambio le dan 12 000 millones, y dejan que de por vida sea Pemex el que tenga que pagar con sus propios recursos toda la deuda de Pidiregas (una deuda costosa, que no la contrato esta paraestatal, sino fue obligado a contratarla por el gobierno federal).

Pero volviendo a la bolsa de los 90 mil 300 millones de pesos (mdp), Calderón y Carstens proponen que se distribuya de la siguiente manera:

Bolsa total: 90 300 mdp

- Inicio refinería: 12 000 mdp

Subtotal 78 300 mdp

- Compensar efecto de ingresos

en gasto prog.: 25 100 mdp

Subtotal: 53 100 mdp

- Programa de Infraestructura 53 100 mdp

De lo anterior se concluye que el Programa de Infraestructura no es con dinero fresco y que su “costo” será pagado por Pemex y no por el gobierno federal.

Por otro lado, se observa también que el Programa es claramente insuficiente en cuanto al monto de recursos destinados a infraestructura ante la magnitud del impacto de la crisis mundial; más aún si consideramos que “contablemente” el gobierno registraba las amortizaciones de Pidiregas como un gasto en inversión, por lo que al final de cuentas, el incremento “neto a la inversión” será de sólo 12 mil millones de pesos.

Sobre el resto del Programa de Crecimiento y Empleo, se puede concluir que son sólo una carta de buenos deseos, sin ninguna implicación positiva para la población.

Finalmente, se observa que Pemex es nuevamente quien pagará los platos rotos de la crisis, ante la negativa de Calderón y Carstens de ajustar los gastos superfluos que generarían ahorros de cuando menos 100 mil millones de pesos.

O bien emprender otro tipo de medidas, como la utilización del Fondo de Estabilización de los Precios del Petróleo, que actualmente tiene más de 57 mil millones de pesos, de utilizar 5 000 millones de dólares (60 mil millones de pesos) de reservas internacionales para destinarlas a programas de inversión, o incluso evaluar la posibilidad de incurrir en un moderado déficit público de 0.5% (equivale a 50 mil millones de pesos) o todas las anteriores, o bien una combinación de todas las anteriores, lo que daría un “espacio presupuestal” o (en español) recursos frescos por poco más de 250 mil millones de pesos.

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¡ALTO A LA ESPECULACIÓN FINANCIERA EN NUESTRO PAÍS!

Declaración del diputado electricista José Antonio Almazán

El secretario de Hacienda Agustín Carstens Carstens planteó recientemente a los medios de difusión sus apreciaciones sobre los efectos de la grave crisis económica que sacude a los Estados Unidos, y sus repercusiones en nuestro país. Su impresión al respecto es que “México está bien preparado” para resistir el efecto de la crisis financiera de Estados Unidos”.

Además, haciendo gala de demagogia o de ignorancia, declaró: “La fortaleza que tenemos en las finanzas públicas, el manejo del Banco de México, bancos en buena situación y poca dependencia del comercio exterior nos van a dar la fortaleza para navegar por aguas turbulentas en los próximos días”.

Tal parece que el secretario de Hacienda y Felipe Calderón son los únicos funcionarios que no se dan cuenta de la fuerte desaceleración económica a nivel mundial (como la denomina el Fondo Monetario Internacional), la cual está afectando tanto a las países desarrollados como a las economías emergentes, como es el caso de México.

Simplemente basta observar el comportamiento de nuestra economía en estos días para darnos cuenta que todo apunta a que se presente una verdadera recesión económica:

El peso mexicano ha caído severamente frente al dólar: hace unas horas se vendía un dólar hasta en $14.00 pesos, rebasando el monto que tenía en el sexenio de Luis Echeverría, nada más que sin los tres ceros que se le quitaron al peso en 1992, y con un poder adquisitivo por los suelos. Es tan grave este deslizamiento que según los expertos el peso se devaluó 14.46% en menos de dos semanas.

El precio del petróleo se desploma y está por debajo de lo presupuestado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, ubicándose en 78.03 dólares por barril, casi dos dólares por debajo de la propuesta del Ejecutivo, estimado en el Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2009.

Tal y como lo reconoce el Fondo Monetario Internacional(FMI), en su último informe sobre las Perspectivas de la economía mundial, a través de un comunicado de prensa de fecha 8 de octubre, los niveles de inflación crecerán enormemente a nivel mundial. Para el caso de los países denominados emergentes como México, se proyecta que la inflación se mantendrá en alrededor de 8% al final de 2008, y luego volverá a reducirse hasta un nivel de alrededor de 6.5% en 2009.

En este contexto de grave crisis económica, podemos llegar a las siguientes conclusiones:

El modelo económico neoliberal a nivel mundial, que apuesta todo a la regulación del mercado “sin la intervención del Estado”, es un fracaso como nos muestra esta crisis financiera internacional, que ha impactado negativamente tanto a las economía de Estados Unidos, como a los europeos, así como a América Latina, particularmente a México.

El modelo capitalista —que basa su existencia en la propiedad privada de las tierras, de las fábricas, de las materias primas, así como en la explotación de la fuerza de trabajo de millones de trabajadores en contraste con la acumulación de inmensas fortunas por unos cuantos multimillonarios, con sus recurrentes crisis estructurales, que se han venido presentando desde el siglo XIX hasta nuestros días— entra nuevamente a una etapa recesiva, mostrando que no constituye una alternativa para la sociedad humana. El capitalismo con estas crisis no sólo condena a la miseria a millones de seres humanos, sino que incluso pone en riesgo la existencia de la especie humana, aunado a la destrucción del medio ambiente y a las guerras de exterminio a nivel planetario.

Indiscutiblemente que esta crisis económica por la que estamos pasando es producto de la recesión en los Estados Unidos; sin embargo, un elemento que ha coadyuvado a ella es la mala administración de nuestras finanzas realizada por la banca mexicana, que es totalmente extranjera y que sirve a los intereses de la oligarquía internacional.

Coincidiendo con la propuesta de que para superar esta crisis es necesario eliminar el dispendio que hace el Ejecutivo con el erario público, además se requiere renacionalizar la banca en nuestro país, y ponerla al servicio de los intereses de nuestra nación.

Las cientos de organizaciones que enarbolamos el Programa Mínimo No Negociable, luchando por un proyecto de Nación Alternativo al Neoliberalismo, rechazamos que la Secretaría de Hacienda, al replantear su paquete económico para el 2009, pretenda recortar el presupuesto a los sectores estratégicos de nuestro país, recargando el peso de la crisis en las empresas públicas, en recortes al sector salud y a la educación.

Atentamente

Dip. José Antonio Almazán González

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