martes, 1 de abril de 2008

Huelga UAM

La UAM: ¡Que se pudra la huelga!

Por Manuel Fuentes Muñiz*

La huelga en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), iniciada desde el pasado 5 de febrero, ha entrado a una fase crítica por el estancamiento en las negociaciones. Los representantes de Rectoría han abandonado la mesa de pláticas y la Secretaría del Trabajo (STyPS) ha preferido una participación de bajo perfil en apoyo a las posiciones de las autoridades universitarias.

Las autoridades de la UAM han demostrado gran impericia en la conducción de las negociaciones. Han propiciado enfrentamientos innecesarios con la representación sindical, alejando así posiciones conciliatorias.

Los voceros de rectoría, reiteradamente y en cualquier entrevista con medios de comunicación, acusan a la enorme división al interior del sindicato como la causante, según ellos, de la prolongación de la huelga. ¿Por qué hacen este tipo de declaraciones si saben, --¿saben?-- de la prohibición en la Ley Federal del Trabajo de entrometerse en asuntos sindicales?

Parece que están asesorados por personas sin experiencia para conducirse en las negociaciones de este tipo de conflictos, pues sus recomendaciones, en vez de acercar posiciones, las han alejado lo más posible. Todo indica que las autoridades de la UAM, en vez de buscar encuentros francos, eligen el enfrentamiento como estrategia.

Parece que mal siguen las lecturas de viejos textos estadounidenses en materia de negociación, como el de Hill Scout “Como negociar con ventaja”, en el cual se señala: “La naturaleza de una negociación violenta es que una parte debe ganar a expensas de la otra. El objetivo es ser el ganador y que el otro sea el perdedor”.

Este autor afirma que el inconveniente de seguir un método de enfrentamiento provoca la pérdida de buena voluntad de la otra parte y de oportunidades para conseguir un desarrollo más ventajoso en el futuro, además logra una reacción negativa de la parte contraria, ya que es poco probable que alguien “…a quien se ha sometido ejecute un acuerdo con energía”.

Hill Scout indica que con una negociación violenta “…no es probable que las partes vuelvan a encontrarse de nuevo”. Las autoridades de la UAM han preferido utilizar esa violencia, a pesar de que las relaciones con el Sindicato van a continuar después de la huelga en la administración del Contrato Colectivo de Trabajo.

Los representantes de Rectoría han practicado métodos en desuso en las negociaciones colectivas, por ejemplo, dar ultimátum de 24 horas para que el Sindicato acepte el 4.25 por ciento más el 100 por ciento de salarios caídos, o de lo contrario “retira la propuesta” transcurrido ese término. Olvida que para lograr el éxito en una negociación se debe ponderar el respeto a la contraparte, la consideración y un trato de par, no de subordinación.

En el curso de las negociaciones se han hecho ofrecimientos de mantener la propuesta de incremento salarial inicial, pero condicionados a negociar otras cláusulas económicas una vez levantada la huelga. Las autoridades, además, se han retirado de la mesa de negociaciones, sin regresar a ofrecer una contrapropuesta, tal y como lo habían prometido.

Por otro lado, no ha sido fácil para Hermelinda Hurtado Guzmán, secretaria general del SITUAM enfrentar esta huelga por su condición de género. A pesar de ser la segunda mujer que ocupa la Secretaría General del Sindicato, ha recibido descalificaciones y constantes cuestionamientos que la han obligado a ofrecer su renuncia como alternativa de solución al conflicto.

Una huelga de esta naturaleza solo puede ser levantada por los propios trabajadores a través de su comité de huelga. Nadie ajeno a las instancias estatutarias tiene la fuerza legal para hacerlo, por lo que las manifestaciones que ha impulsado Rectoría, como la celebrada el sábado 29 de marzo frente al Palacio de Bellas Artes, son actitudes de franca provocación. No porque no sea válido demandar el levantamiento de la huelga sino por cuestionar exclusivamente al SITUAM, excluyendo la responsabilidad de Rectoría en el conflicto.

Ha sido penosa la parcial intervención de la Secretaría del Trabajo. Su titular, en vez de buscar acercar a las partes, se ha dedicado a cuestionar al Sindicato, por ejemplo, cuando señala que “…se ha entrado a otro tipo de demandas que no tienen que ver con el aspecto salarial”. “…al interior del SITUAM hay voces que no están de acuerdo en cómo se desarrollan las cosas”.

Todo indica que las autoridades de la UAM han decidido que la huelga se desgaste más, prolongando indefinidamente la suspensión de labores. Ellos, y su personal de confianza, perciben sus salarios íntegros de manera normal; son los únicos que no pierden y no les importa la prolongación de la huelga.

Parece que con su estrategia de enfrentamiento buscan: ¡que se pudra la huelga!, hasta que los trabajadores sindicalizados retiren las banderas rojinegras por hambre y cansancio. Pero ese camino está llevando a la degradación de toda la institución.

Por ello la Secretaría del Trabajo no interviene para mediar. No acepta, no desea que un movimiento de esta naturaleza rompa los topes salariales.

No es cierto que a las autoridades les importe que alumnas y alumnos regresen a clases. Se les tiene como rehenes en un conflicto que les causa graves daños.

El levantamiento de la huelga se debe dar a la brevedad posible, pero en un ámbito de respeto y búsqueda de acuerdos equitativos. Toca a las autoridades hacer un doble esfuerzo, y tener un papel imparcial y activo en la mesa de negociaciones.

manfuentesm@yahoo.com.mx

*Abogado, especialista en temas de justicia, profesor en la Universidad Autónoma Metropolitana.

08/MF/GG

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